Las bolsas mundiales experimentaron ayer un “lunes negro” a partir del derrumbe del mercado japonés, en un raid de ventas de corto plazo que consumió para Wall Street las ganancias de los últimos tres meses, mientras que para los mercados europeos implicó regresar a mínimos desde marzo de 2023.
La jornada estuvo marcada, en primer lugar, por el desplome del 12,4% que registró el índice Nikkei de Tokio, que fue la mayor caída en puntos de su historia y la más importante desde el derrumbe de los mercados de 1987. La caída se explica por la suba de tasas aplicada por el banco central japonés la semana pasada, revirtiendo una tendencia que llevaba años y poniendo en peligro a deudores que pidieron crédito en yenes para aprovechar las tasas negativas o tasas al 0% del país asiático.
Pero el crack del mercado se explica, en segundo lugar, por las dudas que generaron en los últimos datos macroeconómicos que se publicaron en Estados Unidos. La situación provocó que Wall Street haya operado con bajas del orden del 2% al 3% y un negativo cierre bursátil en Europa ante el temor a una recesión en el país norteamericano. En el Viejo Continente, los descensos los descensos se alinearon con caídas del 1,4% en París, del 1,8% en Fráncfort, del 2% en Londres y del 2,3% en Milán; mientras que el Euronext 100 cayó un 3,5%.
En Argentina, las acciones que cotizan en Wall Street, las que operan en la plaza local y los bonos en dólares cayeron de manera moderada pese a la crisis financiera global. Los ADR argentinos comenzaron la jornada con fuertes bajas en Nueva York, que llegaron a alcanzar descensos de hasta el 11%, pero con el correr de la operatoria recuperaron terreno y algunos finalizaron positivos.
El Merval, por su parte, volvió a caer arrastrado por las bajas en Nueva York. El índice comenzó la rueda con fuertes bajas, pero finalizó casi neutral y se estableció en torno a 1.420.000 puntos. En dólares, cedió en torno a 1% y finalizó la jornada en la zona de US$1.065. El mercado de bonos también comenzó la jornada con fuertes bajas en los precios, pero recuperaron terreno durante la rueda. Sin embargo, a pesar de estos recortes de las caídas iniciales, el riesgo país avanzó hasta los 1.639 puntos y alcanzó el mayor nivel en los últimos cinco meses.
El Gobierno minimizó la crisis financiera
Ante el derrumbe de los mercados mundiales, el Gobierno consideró que Argentina podrá resistir el mal momento porque tiene “cuentas en orden” y “optó por no apurar la salida del cepo cambiario”.
Si bien cerca del ministro de Economía, Luis Caputo, reconocen que la debacle en los mercados puede retrasar inversiones para la Argentina, también consideran que el país “no se verá tan afectado gracias a haber mantenido políticas fiscales y monetarias ordenadas”.
Según el balance oficial, “hay factores que explican la corrección desde lo económico, pero la violencia de la caída global excede el deterioro de los fundamentos”. “Es decir, es mucho más una corrección técnica, producto del alto nivel de apalancamiento que había en el Yen, el Nikkei, la Inteligencia Artificial y las Criptomonedas”, señalaron las fuentes oficiales.
“Se mantiene el objetivo de llegar a una inflación cercana a cero, lo que creemos que podría lograrse hacia octubre o noviembre”, aseguraron fuentes cercanas a Caputo.