Pese a los pronósticos de las consultoras que preveían un leve repunte del alza de precios, la inflación de noviembre se desaceleró respecto a octubre y cerró en el 2,4%, según el Indec, apuntalada por una fuerte reducción en la suba del precio de los alimentos y en un contexto de estabilidad con el dólar y compresión de la brecha.
Es un indicador celebrado efusivamente por el Gobierno de Javier Milei, que viene de festejar su primer año de gestión. “¡Vamos Toto carajo!”, publicó el jefe de Estado en X en referencia a su ministro de Economía, Luis Caputo, quien le respondió por el mismo medio: “Vamos Presi querido!!!!”. “Si le restamos la inflación inducida (devaluación prefijada + la inflación internacional), la inflación monetaria viene viajando al 0,2% mensual, esto es, 2,4% anual. De confirmarse dos meses más esta inflación se bajará la devaluación mensual al 1%”, agregó Milei.
Ocurre que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del 2,4% en noviembre es el número más bajo en desde julio de 2020. Asimismo, fue menos de un quinto de la inflación registrada en noviembre 2023 (12,8%) y la más baja para un mes de noviembre desde 2017. Aun así, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) reveló también que la variación interanual de la inflación se ubicó en noviembre en 166%, un índice muy alto para la historia, mientras el acumulado de este año fue de 112%.
El Ministerio de Economía destacó que “la media móvil de tres meses fue de 2,9% mensual, el menor registro desde septiembre 2020, en tanto en seis meses fue de 3,6% mensual, el ritmo más bajo desde enero de 2022”.
Por categorías, alimentos y bebidas fue una de las categorías con menor suba mensual, en el orden de 0,9%; mientras que la división de mayor aumento en el mes fue educación (5,1%), seguida de vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (4,5%). La división con mayor incidencia fue vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (4,5%) para las regiones Pampeana, Cuyo y Patagonia, mientras que en GBA fue Transporte (3,4%).
En Noreste, la incidencia más alta se registró en prendas de vestir y calzado (1,9%) y en la región Noroeste, en restaurantes y hoteles (3,6%). Las menores variaciones de noviembre se observaron en las divisiones equipamiento y mantenimiento del hogar (1,5%) y alimentos y bebidas no alcohólicas (0,9%). El número de noviembre fue menor a lo esperado por consultoras privadas, que esperaban que la medición fuera cercana al 3%.
Más de $1.000.000 para no ser pobre
Una familia tipo necesitó ingresos por $ 1.001.466 en noviembre para no ser pobre, así como el mismo grupo requirió de $439.240 para no ser indigente, según la medición de canastas del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
Se trata de un leve aumento respecto a octubre pasado, ya que en noviembre la variación mensual de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) fue de 1,1% mientras que la de la Canasta Básica Total (CBT) llegó al 1,5%, muy por debajo del IPC general del 2,4%.
La CBA y la CBT acumulan en el año incrementos de 82,5% y 102% y resultaron en variaciones interanuales del 137,4% y 156,5%, respectivamente. A nivel individual, durante noviembre, la CBT de un adulto mayor de edad fue de $324.099 para no ser pobre, mientras que la CBA -que solo calcula la comida mínima para la subsistencia y marca la línea de la indigencia-, fue para el mismo adulto $142.149.