El presidente Alberto Fernández consiguió morigerar ayer la tensión interna en el Mercosur, luego de protagonizar fuertes enfrentamientos con su par uruguayo, Luis Lacalle Pou, en una cumbre que exhibió las divisiones que surcan al bloque en vísperas de la asunción de Luis Inacio Lula da Silva como nuevo mandatario de Brasil.
Fernández asumió ayer la presidencia pro tempore del Mercosur en el cierre del encuentro en Montevideo, donde antes protagonizó duros cruces con Lacalle Pou. La decisión del Gobierno uruguayo de avanzar en un ingreso al Acuerdo Transpacífico, así como también negociar un Tratado de Libre Comercio con China, fueron el eje de los debates. De fondo, se movieron cuestiones más profundas (aún no zanjadas) como las asimetrías internas del bloque, la manera de enfrentar las adversidades globales y la capacidad y velocidad de avance en la relación comercial con terceros países.
Lacalle Pou y Fernández ocuparon el centro del debate, el primero con un discurso donde pidió “desterrar” la idea de una ruptura promovida por Uruguay y el segundo abandonando la posición escrita que venía manteniendo, para señalar la necesidad de fortalecer la convivencia interna en pos de mejorar la proyección hacia el mundo.
Ambos dirigentes expusieron sus visiones contrapuestas: el uruguayo llamó a “abrirse al mundo” afirmando que no se puede tardar “25 años” en firmar un acuerdo; el argentino señaló los cambios producidos por la pandemia y la guerra, con un repliegue de la globalización. “Acá no se trata de ruptura. Me parece que hay que sacarlo del imaginario colectivo nuestro, hablar de ruptura. Acá se trata de resolver tensiones”, dijo Lacallle Pou al abrir el debate, en el que aclaró que su país “necesita y tiene vocación de abrirse al mundo”, pero “en grupo es mucho mejor”, destacó. También consideró que es imperativo “darle un empujón” al Mercosur, que es “una de las zonas más proteccionistas del mundo”.
Luego, tanto Fernández como el mandatario paraguayo, Mario Abdo Benítez, desistieron de leer sus discursos y echaron mano a la improvisación para contestarle. “Una de las condiciones es cumplir las reglas, y las reglas del Mercosur dicen que esos acuerdos (de libre comercio) deben tener otro mecanismo de tratamiento”, apuntó el argentino, acompañado por el canciller Cafiero y por el ministro de Economía, Sergio Massa. El Presidente aclaró que a la Argentina le interesa más negociar y comprarle a sus socios del bloque que a países “extrazona”, y anunció que junto a Brasil trabajan en la conformación de un Banco Central Común, un proyecto que Lacalle Pou había criticado minutos antes, al decir que “no se puede correr si no se puede caminar”.
Fernández recalcó que “el gran secreto” es unir esfuerzos y dijo que “el camino no es el que proponés, sino revisar de una vez y para siempre cómo corregimos las asimetrías que tenemos y las que inquietan”. Por su parte, el paraguayo intentó hacer equilibrio: si bien criticó las decisiones unilaterales, también admitió que “se puede avanzar en un diálogo (con otros países) pero antes (de firmar), van a compartir el proceso de negociación con el bloque, ese es un camino aceptable”. Finalmente, Fernández admitió la posibilidad de “revisar la normativa” del bloque. “Tal vez tengas razón que la normativa es dura y tenemos que gestionar un marco de flexibilidad con esto que llamamos decisiones unilaterales”, finalizó el mandatario argentino ante el beneplácito de Lacalle Pou. “Lo dijimos, vamos juntos. Si no se quiere ir, la manera de ayudarnos, es dejarnos ir”, cerró el presidente uruguayo.