Con el calendario en contra, mucho trabajo por hacer y apremiado por la fragilidad de las reservas, el gobierno nacional comenzó en Washington a pulir los números con el staff del Fondo Monetario Internacional (FMI) para acelerar la negociación en busca de un nuevo acuerdo que permita refinanciar los abultados vencimientos de la deuda con el organismo por alrededor de 45.000 millones de dólares.
Poco después de haber aterrizado en Washington, la misión de funcionarios del Ministerio de Economía y el Banco Central ya tuvo su primer contacto con los funcionarios del staff del FMI a cargo de la negociación, Julie Kozack y Luis Cubeddu. Desde el Palacio de Hacienda informaron que “la misión es estrictamente técnica” y que “el objetivo es continuar avanzando en los entendimientos” para acordar un nuevo programa que permita refinanciar el préstamo tomado en 2018 por el Gobierno de Mauricio Macri.
“Van a trabajar en armonizar metas que después elevarán para aquellos que tienen poder resolutivo”, ampliaron las fuentes oficiales, que adelantaron que la visita tendrá “bajo perfil comunicacional”. De esta manera, prácticamente sepultaron las expectativas de que el trabajo deje definiciones de fondo sobre los tiempos y el contenido que tendrá el acuerdo final con el FMI.
Las versiones indican que la discusión se centrará en algunos puntos claves. Por un lado, las partes deben acordar un sendero de “consolidación fiscal”, es decir, cuál será el ritmo de ajuste para cerrar el déficit fiscal, y cómo se financiará el desbalance de los próximos años. Las metas fiscales finales, a su vez, marcarán el ritmo de endeudamiento y de la emisión monetaria del Central para financiar al Tesoro, un tema que preocupa en Estados Unidos, donde consideran que esa es la causa principal de la inflación.
También deberán definirse qué políticas se implementarán y cómo se dotará de previsibilidad al cepo cambiario, otro asunto espinoso para el FMI. Todo eso, se prevé, estará contemplado en el “plan plurianual” que prepara el ministro de Economía, Martín Guzmán, para presentar la próxima semana. No obstante, las fuentes apuntan que las negociaciones se extenderían hasta inicios de 2022.
El Gobierno de Macri contrajo una deuda por un monto total de 57.100 millones de dólares con el FMI, aceptando una mayor tasa de interés por haber recibido un monto que superaba su cuota en el organismo –el mayor de la historia del Fondo–. Esta sobretasa representa unos 1.000 millones de dólares anuales para el país. El programa prevé el pago de vencimientos muy concentrados, de unos 19.000 millones de dólares en 2022 y otros 19.000 millones en 2023, imposibles para Argentina, que busca reprogramar dichos vencimientos en un nuevo Programa de Facilidades Extendidas, de 10 años de duración.