El riesgo país retrocedió a 599 puntos básicos tras una nueva jornada de alzas en los bonos soberanos, que avanzaron hasta 0,6% entre las especies bajo ley extranjera. El movimiento se explica por una combinación de mayor demanda en los mercados y señales favorables provenientes de colocaciones provinciales y corporativas, factores que vienen apuntalando el precio de la deuda argentina en las últimas semanas.
La compresión del indicador alimenta la expectativa de que, si logra perforar de manera sostenida los 500 puntos, el Gobierno podría evaluar un regreso gradual al financiamiento voluntario en los mercados internacionales, con tasas que comiencen con un 8%, nivel que fue convalidado recientemente por empresas y provincias. La emisión de USD 600 millones realizada por la Ciudad de Buenos Aires al 7,8% es interpretada por analistas como una señal del apetito que hoy muestra una parte de los inversores externos por riesgo argentino.
De acuerdo con especialistas del mercado, la dinámica reciente también se apoya en la posibilidad de un nuevo crédito repo que refuerce la liquidez del Tesoro y en la chance de que el Gobierno avance con una recompra de los bonos Globales 29 y 30, instrumentos que han mostrado mayor sensibilidad a las operaciones oficiales. A esto se suman las compras de divisas del Banco Central, que continúan ejerciendo presión a la baja sobre el indicador elaborado por JP Morgan.
En paralelo, las acciones argentinas que cotizan en Wall Street subieron hasta 3%, acompañando el tono global, mientras que el índice Merval cedió 0,5% medido en dólares. Para los analistas, el desempeño mixto refleja un reacomodamiento de carteras tras las últimas subas y no altera la lectura dominante del mercado: un escenario de moderada mejora financiera, sostenido por la calma cambiaria y por expectativas de continuidad en la consolidación fiscal.
El superávit comercial se redujo a menos de la mitad frente a 2024









