La gestión de Javier Milei sigue acumulando indicadores negativos en la economía, que confirman la profunda recesión que atraviesa. Así lo revelaron ayer dos indicadores claves como la industria y la construcción, que reflejaron la caída más fuerte de sus actividades desde la crisis de 2001-2002.
Por un lado, se conoció que en febrero último el Índice de producción industrial manufacturero (IPI) cayó 9,9% respecto de igual mes de 2023. El acumulado del primer bimestre de 2024 presentó una disminución del 11,1% respecto a igual período del año pasado. Además, en febrero de 2024, el índice de la serie desestacionalizada mostró una variación negativa de 0,7% respecto del mes anterior y el índice serie tendencia-ciclo registró una baja de 1,5% respecto al mes anterior.
Quince de las dieciséis divisiones de la industria manufacturera presentaron caídas interanuales. Ordenadas según su incidencia, “Maquinaria y equipo” cayó un 33,6%; “Industrias metálicas básicas” un 23,1%; “Otros equipos, aparatos e instrumentos” un 32,6%; “Productos minerales no metálicos” un 18,6%; “Muebles y colchones, y otras industrias manufactureras” un 29,5%, entre las más fuertes.
En cuanto al indicador sintético de la actividad de la construcción (ISAC), los datos son peores: exhibió una baja de 24,6% respecto de igual mes de 2023. El acumulado del primer bimestre de 2024 del índice de la actividad presentó además una disminución del 23,1% respecto a igual período de 2023. En febrero de 2024, el índice de la serie desestacionalizada mostró una variación negativa de 2,6% respecto al mes anterior y el índice serie tendencia-ciclo registró un descenso de 3,3% respecto a enero.
Además, los datos de consumo de los insumos para la construcción en febrero mostraron, con relación a igual mes del año anterior, bajas de 64,9% en asfalto; 45,9% en hierro redondo y aceros; 34,8% en hormigón elaborado; 26% en yeso; 25,5% en placas de yeso; 24,8% en mosaicos graníticos y calcáreos; 23,7% en pisos y revestimientos cerámicos; 23,5% en cemento portland; entre otros. Se tratas de índices catastróficos, que no se registraban en el país desde la crisis económica del cierre de 2001.
Crece la disputa con las prepagas
“La cuota de la medicina prepaga no genera inflación, recupera un gasto ya realizado tanto en el sector financiador como el prestador. Hay que buscar alternativas para que no sea el impacto tan grande. Pero lo que ha sucedido no ha recuperado la pérdida del sistema y corremos enormes riesgos que la gente que es lo importante se quede sin servicios básicos de salud”, alertó ayer Juan Pivetta, presidente de la Federación Argentina de Mutuales de Salud (Famsa) y miembro de la Unión Argentina de Salud (UAS), al salir a responder los cuestionamientos del ministro de Economía, Luis Caputo, por el aumento de las cuotas.
Sin embargo, el Gobierno anunció que la Comisión de Defensa de la Competencia (CNDC) ya investiga si existió un “pacto ilícito” entre las empresas de medicina prepaga para fijar precios de venta por encima de sus costos reales.