El cineasta lituano Jonas Mekas falleció ayer a los 96 años, según informó el instituto Anthology Film Archives, institución que él mismo fundó en 1970 para la preservación del cine experimental y de vanguardia. Según publicó la institución en su cuenta de Instagram, el director y crítico de cine falleció “tranquila y pacíficamente”, tal como vivió toda su vida. “Estaba en casa, con su familia. Le echaremos enormemente de menos, pero su luz seguirá encendida”, añadieron.
Con su muerte, no sólo se pierde un gran director sino que se va una persona que logró revolucionar el lenguaje cinematográfico. Fue uno de los pioneros en hacer lo que hoy en día circula en cantidades por las redes sociales: Mekas se pasaba el día filmando absolutamente todo, sin ningún tipo de reglas ni método. En 2007, grabó un cortometraje por cada día del año y difundió su obra en Internet.
Mekas desempeñó la mayor parte de su carrera en Estados Unidos, donde emigró a fines de la década de los años ’40. Entre sus películas más destacadas se encuentra “Walden”, “Zefiro Torna” y “Lost, lost, lost”, entre otras. “Reminiscencias de un viaje a Lituania”, de 1972, fue para muchos su obra cumbre, Allí demostró su capacidad como cineasta para devolver las rutas perdidas de la identidad. Relató sus primeros pasos en Brooklyn, su regreso al campo de trabajo nazi donde fue internado junto a su hermano y la vuelta a su pueblo natal después de 27 años sin poder acercarse ni a su tierra ni a su madre.
Además de director, también fue crítico de cine. En su libro “Ningún lugar a donde ir” se preguntaba: “¿Quién nos ha puesto en la cabeza que un crítico debe criticar?”. Y explicaba su cuestionamiento al sostener que “(…) quizá sean las palabras crítico y criticar las que tan a menudo nos confunden. He llegado a una conclusión: el mal y la fealdad se cuidarán solos; es el bien y la belleza lo que necesita de nuestros cuidados. Es más fácil criticar que prestar cuidados”.
Jonas fue un referente para varias generaciones y fue respetado por los miembros del llamado “Nuevo Hollywood”, como Martin Scorsese o George Lucas. Mekas no sólo revolucionó el lenguaje cinematográfico sino que logró derribar los límites que separaban los distintos géneros como el documental, la ficción y el retrato íntimo.