En el día de ayer se conmemoró un nuevo aniversario del fallecimiento del emblemático escritor Jorge Luis Borges, que se convirtió en una de las figuras más reconocidas de la literatura universal.
El poeta y gran ensayista argentino que murió a sus 86 años en la ciudad de Ginebra, Suiza, nació el 24 de agosto de 1899 en la ciudad de Buenos Aires y a sus 4 años ya sabía leer y escribir.
En el comienzo de su adolescencia, a los 15 años, Borges se mudó a Suiza con su familia. Sin embargo, siete años después regresó a nuestro país, lugar donde comenzó a desarrollar su carrera literaria. Uno de los primeros pasos del artista, fue la creación de su revista Prisma y Prosa”, que sólo tuvo dos ediciones publicadas.
Recordado por sus libros de cuentos tales como Ficciones” (1944), Historia universal de la infamia”, El Aleph” (1949) y La memoria de Shakespeare”, entre otros, el autor publicó Fervor de Buenos Aires”, su primer libro de poesía: Esta ciudad que yo creía en mi pasado es mi porvenir, mi presente; los años que he vivido en Europa son ilusorios, yo he estado siempre y estaré en Buenos Aires”, describe un fragmento del ejemplar. Luego, en 1940 publicó Antología de literatura fantástica”, escrito con Bioy Casares y Silvina Ocampo.
En 1955 Borges fue nombrado director de la Biblioteca Nacional de la República Argentina, pero en ese momento, a sus 55 años, comenzó a padecer una ceguera que fue heredada por su familia paterna: La ceguera no es la tiniebla; es una forma de la soledad”, había manifestado en ese entonces. Fue en esta situación, que escribió su reconocido texto Poema de los dones”.
La obra de Jorge Luis Borges, traducida en más de 35 idiomas, fue llevada al cine, a la televisión y sobre todo, se convirtió en pieza de inspiración para grandes músicos tales como: Astor Piazzolla, Jairo, Aníbal Troilo, Eduardo Falú, Edmundo Rivero, Juan Tata” Cedrón y Pedro Aznar, quienes decidieron ponerle música a sus poemas, hacerlos canción o cantarlos.
Gardel tomó la letra del tango y la convirtió en una breve escena dramática”, expresó el escritor en una serie en octubre de 1965.
Algunas de los temas que nacieron de la producción del intelectual son: Milonga de dos hermanos”, La Milonga de Jacinto Chiclana”, A Don Nicanor Paredes”, Milonga de Albornoz”,”Fundación mítica de Buenos Aires”, entre otras.
Jorge Luis Borges recibió importantes reconocimientos y premios nacionales e internacionales, entre los que se destacan: al Formentor en 1961 y el Miguel de Cervantes, en 1979. Sin embargo, el emblemático poeta, nunca le llegó el Premio Nobel.
Un año antes de morir, publica su último libro: Los conjurados”, material que incluye 44 poemas y prosas poéticas: Este es un libro que se ha escrito solo; yo no he intervenido, quizá por eso sea bueno”, había escrito el ensayista.
En 1986, ya luchando contra un cáncer avanzado, el poeta se mudó a Ginebra, lugar que consideraba como una de sus patrias” y en que quería dejar sus últimos latidos. Fue allí donde se casó con María Kodama, mujer de la que se enamoró y a quien le dedicó algunos de sus versos tan recordados como El amenzador” (1972): Es el amor. Tendré que ocultarme o que huir. Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz. La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única. ¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras, la vaga erudición, el aprendizaje de las palabras que usó el áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas, la serena amistad, las galerías de la biblioteca, las cosas comunes, los hábitos, el joven amor de mi madre, la sombra militar de mis muertos, la noche intemporal, el sabor del sueño?. Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo. Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se levanta a la voz del ave, ya se han oscurecido los que miran por las ventanas, pero la sombra no ha traído la paz. Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo.Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles. Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar. Ya los ejércitos me cercan, las hordas. (Esta habitación es irreal; ella no la ha visto.) El nombre de una mujer me delata. Me duele una mujer en todo el cuerpo”.
Jorge Luis Borges seguirá marcando a generaciones con su magnífica obra literaria, porque tal como él lo pronunció alguna vez «cuando los escritores mueren se convierten en libros, que, después de todo, no es una encarnación tan mala».