El boom de Barbie no para de batir récords y superar todas las expectativas. La película basada en la famosa muñeca rubia ya superó en la Argentina el millón de espectadores desde el día de su estreno.
En solo cuatro días el largometraje ya vendió 1.006.309 entradas en los cines de todo el país.
Es abismal la diferencia que le sacó a su competencia en este fin de semana. Su más inmediata perseguidora, Elementos de Disney Pixar, vendió un acumulado de 259.867 tickets en los últimos cuatro días.
Oppenheimer, de Christopher Nolan, también estrenada el jueves, convocó desde su debut en pantalla a 164.723 espectadores.
El Top 5, siempre contando de jueves a domingo, lo cierran la película de terror La Noche del Demonio con 90.161 espectadores la última entrega de la saga Misión Imposible con 76.355 entradas vendidas en todos los cines de la Argentina.
Barbie es un fenómeno a nivel global y los números lo demuestran. Ya superó todas las proyecciones de la industria.
Hasta el domingo sumó 162 millones de dólares. Es el vigésimo film con mayor apertura de la historia del séptimo arte, el tercer mejor arranque de un largometraje distribuido por Warner Bros, y, obviamente, el mejor arranque de este 2023 a nivel mundial.
La película tuvo una campaña de marketing estimada en 150 millones de dólares, sin incluir el presupuesto de producción de $145 millones de dólares. El total de la inversión ya fue superada en cuatro días incluyendo todos los países donde fue estrenada.
Además de los fabulosos números, el film del ícono de Mattel, cuenta con el honor de ser el mejor estreno de una película dirigida por una mujer. Todo un honor la directora y actriz estadounidense Greta Gerwin.
Barbie no es la única película de las que permanecen en cartel que ya superó el millón de espectadores.
Elementos lleva un acumulado de 1.947.582 espectadores desde su estreno. Y aún mejor es el acumulado de Super Mario Bros, la película, nada menos que 2.915.007.
Lo destacable es la velocidad con la que consiguió Barbie su primer millón, lo que hace pensar que aún queda mucho hilo en el carretel.