Concepción Ordóñez, artista visual dedicada a la pintura y al tallado de títeres de Huerta Grande, Valle de Punilla, lleva más de 15 años trabajando en esta disciplina. Combinó su Licenciatura en Pintura en la Universidad Nacional de Córdoba con un seminario de escenografía, maquillaje y caracterización en el Teatro Real, donde comenzó a experimentar con los materiales que hoy utiliza.
“La vida me llevó a buscar nuevos rumbos y encontré mi lugar en las montañas, donde los títeres fueron gestándose de a poco hasta convertirse en mi trabajo”, relató.
Su vínculo con la música también está marcado por lo familiar: es hermana melliza de la mamá de Juan Facundo Almenara Ordóñez, conocido artísticamente como Luck Ra, a quien llama con cariño “mi chino”.
Fue él quien llevó sus títeres a La Voz Argentina, donde aparecieron recreados los jurados Lali Espósito, Miranda, Soledad Pastorutti y el propio cantante, generando una repercusión inmediata. “Todo tomó otra dimensión cuando Facu los hizo visibles ante un público enorme. La repercusión fue súper positiva”.

Técnica, materiales y creatividad
Concepción explica que cada títere requiere un proceso minucioso y artesanal. Parte de un bloque de goma espuma, al que va tallando hasta darle forma al personaje. “En general es todo tallado, salvo algunas partes como las orejas, que las pego. Cada pieza se va armando poco a poco hasta lograr la figura final”, detalló.
Los accesorios y detalles se elaboran con distintos materiales: telitas, palitos, pelucas artificiales o trozos de peluche, que se combinan para dar textura y realismo a cabello, ropa o elementos característicos del personaje. Finalmente, cada muñeco se pinta a mano, agregando color y expresividad a los rostros y rasgos.
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Personajes y encargos especiales
Desde la exposición en La Voz Argentina, los pedidos personalizados se multiplicaron. “Ahora me están pidiendo mucho el personaje de Luck Ra”, reveló Concepción, en referencia a su sobrino y la figura que lo impulsó a la televisión. También realiza retratos de otros cantantes famosos. “Hace poquito hice el de Valeria Lynch y próximamente tengo que hacer de Mercedes Sosa”, contó con entusiasmo.
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Lo llamativo es que no solo recibe encargos de figuras conocidas: también crea muñecos que reproducen a personas comunes. “Me piden de sus cantantes favoritos, pero también de personas corrientes, como vos o como yo, que quieren ver sus rostros convertidos en títeres. Es muy loco eso”, explicó.
Además, entre sus trabajos figuran personajes de cuentos y películas infantiles, lo que acerca su arte tanto a los chicos como a los adultos que buscan un objeto único. De esta manera, cada creación combina la técnica artesanal con la identidad de quien la encarga, transformando los muñecos en piezas personales y emotivas.

Un arte que transforma
Para Concepción, el arte tiene un propósito más allá de la creación: «Hacer títeres me conecta con mi niña interna, con lo lúdico… es un trabajo de mucha observación pero a la vez como un juego donde disfruto cada instante y siempre me sorprende. Me hace sonreír y eso es un montón, sobre todo cuando llega a manos de un niño o adulto al que lo hace feliz».
La artista asegura que su sueño es seguir creando, convencida de que el arte transforma y sostiene a quienes lo practican y disfrutan. Recomienda a todos reconectarse con la creatividad: «Con lo que tengas a mano, un lápiz, un poco de arcilla, maderitas, sin expectativas y disfrutando el proceso. Y si es compartido, mejor». Su historia demuestra cómo la combinación de talento, pasión y oportunidades puede llevar el arte cordobés a escenarios nacionales y más allá.
Quienes quieran conocer más sobre el trabajo de Concepción Ordóñez, ver sus títeres, participar de talleres o realizar encargos personalizados, pueden seguirla en Instagram: @conceordonez.