Alice y Ellen Kessler, históricas figuras del espectáculo europeo, murieron juntas a los 89 años a través de un procedimiento de muerte asistida en su casa de Grünwald, cerca de Múnich. La noticia, confirmada por la Policía bávara y la Sociedad Alemana por una Muerte Digna (DGHS), reabrió el debate en Alemania sobre las decisiones al final de la vida.
Según informaron fuentes oficiales, las hermanas planificaron minuciosamente su despedida y cumplieron con todos los requisitos legales establecidos para acceder al acompañamiento médico en la muerte. Durante el procedimiento estuvieron presentes un médico y un abogado, tal como marca el protocolo de la DGHS, para garantizar que la decisión fuera autónoma y plenamente consciente.
La elección de Alice y Ellen estuvo estrechamente vinculada a su historia de vida. Las artistas habían expresado en reiteradas entrevistas que no concebían una existencia separadas. “Nacimos juntas y queremos morir juntas”, declaraban cada vez que se les consultaba por su vínculo. En los últimos meses, ambas habían manifestado preocupación por un deterioro físico prolongado y por la pérdida de autonomía, factores que influyeron en su resolución final.
Nacidas el 20 de agosto de 1936 en Nerchau, en la entonces Alemania Oriental, las gemelas se formaron en ballet y, a los 16 años, emigraron con su familia hacia la Alemania Occidental. Durante las décadas de 1950 y 1960 se transformaron en estrellas internacionales del entretenimiento, con actuaciones en cabarets, cine, televisión y una participación en Eurovisión 1959. Su carrera también las llevó a Italia, donde se convirtieron en símbolos de la “Dolce Vita”.
En su testamento, las Kessler dejaron instrucciones precisas: sus cenizas debían reunirse en una única urna, junto a las de su madre, Elsa, y su perro Yello. Además, dispusieron que su patrimonio fuera donado a organizaciones benéficas, entre ellas Médicos Sin Fronteras.
La decisión de las artistas generó impacto público y reavivó el debate sobre la muerte digna en Europa, un tema que, como su vida, las Kessler eligieron transitar juntas.









