La novela «Matate, amor» de la escritora argentina Ariana Harwicz (Buenos Aires, 1977) ha dado un salto significativo al ser adaptada al cine por la directora escocesa Lynne Ramsay con el título «Die, My Love». La película tuvo su estreno el pasado sábado en el Festival de Cannes y se encuentra compitiendo por la Palma de Oro. El elenco protagónico está conformado por las reconocidas estrellas de Hollywood Jennifer Lawrence y Robert Pattinson.
La historia original, que ofrece una visión amoral de la maternidad, el erotismo y la pareja, comenzó su recorrido editorial en 2012 bajo el sello Paradiso. Inicialmente, Harwicz tuvo que pedir un préstamo a su padre para financiar la edición de trescientos ejemplares, que salieron con erratas que algunos interpretaron como un recurso estilístico.
En 2017, la novela fue reeditada por Mardulce. Gracias al Programa Sur de apoyo a las traducciones, ese mismo año Charco Press publicó la versión en inglés, traducida por Sarah Moses y Carolina Orloff. Un año después, esta traducción compitió por el prestigioso Premio Booker Internacional. Fue esta edición la que llegó a manos del productor y director estadounidense Martin Scorsese, quien en 2019, junto a Jennifer Lawrence, adquirió los derechos para llevarla al cine. Scorsese compró los derechos no solo de «Matate, amor», sino de toda la «trilogía de la pasión» -que incluye también «La débil mental» y «Precoz»-, obras que Anagrama recogió en un volumen único en 2022.
Harwicz, quien actualmente reside en Francia, relató al diario La Nación que considera que la novela ha tenido un recorrido «muy argentino y de la cultura independiente». Gracias a la película, el libro ha logrado ingresar a mercados editoriales considerados «difíciles» como el chino, el japonés y el escandinavo. Hasta la fecha, ha sido traducida a veinticinco idiomas. La escritora reflexiona que muchas personas le decían que la novela «no era muy traducible, que era muy difícil», y señala que fueron la nominación al Premio Booker y ahora la película las que abrieron las puertas a nivel global.
Adaptación y visión artística
La autora estuvo presente en la proyección en Cannes y afirmó que «Hicieron el libro, realmente». Describió la experiencia del estreno como «muy impresionante» y destacó la «mucha cercanía» de la película con su novela.
Sin embargo, Harwicz también señaló que la resolución dramatúrgica, de estilo y de puesta de Lynne Ramsay le resultó inesperada y la calificó de «muy radical». Indicó que no es una película comercial ni «pochoclera», que no hace concesiones y que no tiene una estructura clásica. A pesar de las diferencias, como el uso de la elipsis en lugar del monólogo que sostiene la novela, considera que la película tiene «todo parecido». La recepción crítica mundial está dividida, calificándola de controversial.
Harwicz trabaja activamente en las diversas adaptaciones de su obra, considerándolo parte de la «misión de la escritura» y una «integralidad» en su abordaje literario. Ha acompañado los procesos de adaptación teatral de sus novelas desde el inicio hasta el estreno, involucrándose con directores, actores, escenógrafos y vestuaristas para aportar desde su experiencia como autora.
En relación a las adaptaciones al teatro o al cine, la escritora defiende que estas deben entenderse como una «actualización, una traducción». Subraya la importancia de no ceder a la «aceptación ideológica de ambiente, a la moda o a la ideología dominante». Su posición política y activismo, según sus palabras, consisten precisamente en no ceder a esa coerción y mantener la obra independiente y libre. «Creo que una obra nunca debe ser juzgada por su posición política o por la adecuación o no a la corriente», afirma.
Contratiempos y reconocimientos
La adopción de un punto de vista considerado incómodo en su obra le ha generado contratiempos en su circulación. Un ejemplo de esto fue el bloqueo de su cuenta de Twitter por postear el nombre de su primera novela, «Matate, amor», interpretado por el algoritmo como promoción del suicidio. Harwicz inscribió este hecho en la lógica de la censura-autocensura y lo catalogó como un «mecanismo de coerción ideológica».
Además de la adaptación cinematográfica de «Matate, amor» y los proyectos para llevar al cine el resto de la trilogía, los derechos de su novela de 2024, «Perder el juicio», también han sido adquiridos por una productora española para una futura película. En el ámbito teatral, Harwicz ha asegurado contractualmente que Érica Rivas sea la única persona con derecho a representar «Matate, amor» en teatro a nivel mundial, considerándolo importante y simbólico.