El regreso de Shakira a la Argentina, después de siete años, confirmó algo que se intuía desde el anuncio de su gira: la artista atraviesa un momento de solidez artística que trasciende modas y épocas. Su paso por Buenos Aires dejó una imagen que ya domina la conversación: un homenaje inesperado y profundamente emotivo a Gustavo Cerati, que se transformó en el punto más alto de sus shows en la ciudad.
Una vuelta que superó lo musical
El reencuentro con el público porteño tuvo la intensidad de quienes se reconocen después de mucho tiempo. Shakira repasó más de tres décadas de canciones con un repertorio amplio, equilibrado y pensado para mostrar la diversidad de su trayectoria: desde sus primeros éxitos hasta las piezas que la llevaron nuevamente al centro de la escena global. La artista apareció segura, conectada y con una voz que mostró una madurez distinta respecto de giras anteriores.
La puesta acompañó esa solidez: pantallas móviles, transiciones ágiles, un cuerpo de baile preciso y una estética que se transformó en cada bloque del concierto. Sin embargo, nada de eso tuvo más peso que el gesto que cambió la energía del estadio.
El homenaje que marcó el clima de la gira en Argentina
En medio del show, las pantallas proyectaron la imagen de Cerati y comenzó una versión sobria y delicada de “Día Especial”, la colaboración que ambos grabaron para Fijación Oral Vol. 1. Shakira cantó con una interpretación contenida, enfocada y respetuosa, que encontró una respuesta inmediata en las tribunas: miles de personas siguieron el final a capela, generando uno de los momentos más comentados de su paso por el país.
Ese homenaje, que no formó parte estable del tour en otras ciudades, abrió la puerta a la gran incógnita: qué sucederá en la próxima escala.
Shakira cantándole Día Especial a Cerati 🖤 pic.twitter.com/ZQTm9Fxliw
— fefe (@fedeebongiorno) December 9, 2025
Ese fragmento, breve pero intenso, fue uno de los puntos más altos de la noche y también una antesala emocional del reencuentro inminente que vivirá con Córdoba. La artista recordó desde el escenario su próxima escala en la provincia, donde la espera generó una expectativa creciente desde que se anunció su regreso. No será una presentación más: es la primera vez en años que Shakira vuelve a Córdoba con una nueva puesta en escena, y la energía que dejó flotando en Buenos Aires anticipa lo que probablemente será una de las noches más recordadas del calendario musical de 2025.
La conexión con el público porteño siguió consolidándose a lo largo del show. Canciones emblemáticas como “Hips Don’t Lie”, “La Tortura”, “Inevitable” y “Ojos Así” armaron un recorrido por distintas etapas creativas de la artista, mostrando una trayectoria múltiple que combina pop, rock latino, ritmos urbanos y ese sello personal que convirtió a Shakira en un ícono global. Su voz —más madura, más rasgada, más expresiva— sostuvo la intensidad de cada tema con solvencia y dejó en claro que su vigencia no depende de tendencias pasajeras.
Córdoba: un escenario que promete otro tipo de impacto
El cierre de la gira en Argentina tendrá lugar este sábado y domingo en el estadio Mario Kempes, un espacio que permite una puesta en escena más amplia que la de Vélez. La producción trabaja con una versión extendida del diseño original, lo que anticipa un despliegue mayor en pantallas, pasarelas e iluminación.
Además, los cierres de gira suelen habilitar ciertos cambios: versiones distintas, guiños locales, momentos acústicos o ajustes en el repertorio. Por ese motivo, las expectativas crecen en torno a si Córdoba recibirá un homenaje similar al que conmovió Buenos Aires o si la artista sorprenderá con un gesto diferente para marcar el final del tour.
Un clima de espera que atraviesa generaciones
El regreso de Shakira mostró una transversalidad poco frecuente: convivieron quienes la escuchan desde los noventa y quienes la descubrieron en plataformas recientes. Esa mezcla, junto con el impacto de lo ocurrido en Buenos Aires, reforzó la expectativa en torno al cierre cordobés, que ya se perfila como uno de los eventos musicales más relevantes del calendario.
Mientras la capital todavía comenta lo ocurrido, Córdoba espera su turno con una expectativa en crecimiento, impulsada por la solidez del show, la carga emocional del homenaje y la promesa de una puesta más grande.
El país ya vio un anticipo.
Lo que viene, en el Kempes, tiene todas las señales de una noche decisiva.









