La conductora y actriz Mirtha Legrand emitió su voto hoy en una escuela del barrio porteño de Palermo. Conmovida y sonriente, la “Chiqui” contó que “votó con ilusión” y que estaba “muy contenta” de participar de la jornada democrática.
Luego de haber estado ausente en las elecciones legislativas de mayo, Legrand se acercó acompañada al establecimiento y comentó que fue informada sobre la nueva modalidad de votación. “Me explicaron cómo era la nueva boleta”, señaló.
Visiblemente emocionada, la conductora expresó: “Voto con ilusión. Estoy contenta de venir, me dan ganas de llorar, pero de alegría”. En tono distendido, aprovechó también para bromear sobre el rating de su programa del sábado por la noche y contó que se había vestido “con los colores de la patria”.
Antes de subirse a su automóvil para regresar a su hogar, Legrand dejó un mensaje final que resonó con su historia y la de muchas mujeres argentinas: “Espero que siempre haya libertad para votar”. La frase, que deja abierta a interpretación el concepto de “libertad”, remite no solo a la posibilidad de sufragio sino también a debates actuales sobre democracia y derechos civiles.
Mirtha Legrand fue una de las primeras mujeres en ejercer su derecho al voto en 1951, en la primera elección tras la sanción de la ley de voto femenino impulsada por Eva Perón. La promulgación de la Ley 13.010, el 23 de septiembre de 1947, marcó un punto de inflexión en la participación política de las mujeres, permitiendo que todas las mayores de 18 años pudieran votar y ser elegidas. Según la doctora en Ciencia Política María Celeste Ratto, investigadora del CONICET, “el acceso al ejercicio de este derecho político significó el nacimiento de la mujer como actora política… y permitió que las mujeres puedan ser candidatas y participar de la toma de decisiones”.
A lo largo de las décadas, la participación femenina en la vida política argentina se amplió con herramientas legales como la Ley 24.012 de Cupo Femenino (1991) y la Ley 27.412 de Paridad de Género (2017). Sin embargo, según Ratto, los desafíos persisten: “Luego de la sanción de la Ley de Paridad, hemos sufrido una disminución de la cantidad de mujeres que llegan al Congreso… Ello en la práctica significa que están entrando menos mujeres de lo que sería esperable con un marco legal de paridad”.
Más de siete décadas después de su primer voto, Mirtha Legrand volvió a las urnas con la misma ilusión y dejó una reflexión que conecta pasado y presente: la libertad de votar, un derecho conquistado tras luchas históricas, sigue siendo central para la democracia, en Argentina y en el mundo. Su frase puede interpretarse también a la luz de los debates contemporáneos sobre los límites y las garantías de la participación política, recordando que el ejercicio del voto es un privilegio que no debe darse por sentado.









