Luego de una noche que dejó un sabor amargo debido a la suspensión del show de Shakira en Córdoba por la tormenta, “la loba” dio su segundo espectáculo y último de la gira latinoamericana del “Las Mujeres Ya No Lloran World Tour (Estoy Aquí)” en el Estadio Kempes y deslumbró.
Y aunque durante el primero alcanzó a cantar gran parte del show, quedaron afuera varios temas icónicos. Las críticas fueron hacia la producción, que dio comienzo al show casi 40 minutos tarde, sabiendo desde temprano las condiciones climáticas y que estaba pronosticado lluvias para esa hora. ¿Por qué no hicieron como en Airbag hace unos findes y no adelantaron el show?, fue la pregunta que se hicieron muchos usuarios en las redes. Después de los reclamos, la productora envió a los asistentes de la primera noche entradas para la segunda a modo de resarcimiento.
Así, con un estadio casi lleno, la artista colombiana brindó un show de dos horas lleno de efectos especiales, fuegos artificiales y un despliegue alucinante en el que hizo un repaso por sus 30 años de carrera y un guiño a su público de Córdoba que siempre la “hacen sentir como en casa”. “Quiero que sepan que he pasado aquí unos días inolvidables en las sierras cordobesas que me han dejado como nueva”, aseguró.
Shakira comenzó el show con la “Caminata de la Loba”, acompañada por algunos de sus fans hasta subir al escenario, donde sus primeras canciones fueron “La Fuerte” y “Girl Like Me”, con un público completamente eufórico. “Las de la intuición” fue como un himno para muchas de las mujeres que estuvimos ahí, al igual que “Estoy aquí”, canciones que cantamos desde hace años pero que nunca nos aburren.
Los momentos más emocionantes llegaron con “Día Especial” en homenaje a Gustavo Cerati con su rostro proyectado en las pantallas, al cual le cantó con mucha nostalgia, y “Acróstico”, la canción dedicada a sus hijos Milan y Sasha. Luego llegaron hits más recientes y bailables como “Copa Vacía”, “La Bicicleta” y “Chantaje”, esta última en versión salsa.
Párrafo aparte para el movimiento de caderas de la colombiana, que dejó sin aire en muchos momentos del show y especialmente en “Ojos así”, con una versión mucho más arabesca. Sin que sus años se hagan notar, bailó en la mayor parte de su show, entre movimientos de caderas y coreos urbanas con mucho revoleo de pelo acompañada de seis bailarinas que también brillaron.

La seguidilla de “Pies Descalzos, Sueños Blancos”, “Antología” y “Día de Enero” fueron sin dudas los temas más esperados por su público, sobre todo por no haberlos disfrutado la noche anterior y cumplieron con todas las expectativas.
El concierto tuvo su broche de oro con el armado de una loba gigantesca en el medio del escenario, acompañada por los diez mandamientos, entre ellos los cuatro que la definen a la perfección: “No pedirás permiso para ser tu misma”, “bailarás y cantarás para sanar”, “aullarás porque nadie te puede callar” y “elegirás tu camino sin que nadie te lo imponga”. De esa forma, cerró un largo y espectacular show al ritmo de “La Loba” y la Sesión 53 con Bizarrap.
Pese a revivir sus canciones más antiguas, la cantante no se quedó en el pasado y supo desarrollar reversiones con ritmos más urbanos, electrónicos y salseros y adoptar la Inteligencia Artificial en las proyecciones, aunque por momentos parecieron excesivas.
El show fue una muestra de empoderamiento femenino, destacando su nueva etapa de soltera, pero quizás con más amor propio que nunca, luego de atravesar años fatídicos, algo que destacó con emoción, en un mensaje de resiliencia para todos sus fans.









