Cada 5 de mayo se conmemora el Día Internacional de la Celiaquía, una fecha clave para visibilizar esta condición y promover la importancia de un diagnóstico temprano. Según el Ministerio de Salud de la Nación, 1 de cada 167 adultos y 1 de cada 79 niños en Argentina vive con celiaquía, una enfermedad crónica que solo puede tratarse eficazmente mediante una alimentación completamente libre de gluten.
El mayor desafío no radica solo en elegir alimentos sin TACC (trigo, avena, cebada y centeno), sino en garantizar una preparación segura. La contaminación cruzada es uno de los principales riesgos para quienes deben seguir una dieta estricta, por lo que mantener la cocina organizada, limpia y bien equipada resulta fundamental.
El reemplazo de ingredientes
La gastronomía sin gluten no solo es una necesidad médica para quienes padecen celiaquía, sino también una oportunidad para explorar nuevos ingredientes, texturas y sabores. Harinas alternativas como las de arroz, almendra, garbanzo o maíz abren un abanico de posibilidades para reinventar platos tradicionales o crear nuevas recetas que sean igual de sabrosas y nutritivas.
Sustituir la harina de trigo por combinaciones de harinas sin gluten, como premezclas comerciales o mezclas caseras equilibradas, permite mantener la textura y sabor deseados en panes, tortas y masas. Espesantes como la fécula de maíz también son aliados frecuentes en estas recetas, al igual que alternativas naturales como el puré de banana o el huevo para dar cohesión. Con creatividad y conocimiento, es posible transformar cualquier plato tradicional en una versión libre de gluten, sin resignar calidad ni disfrute.
Cocina segura: claves para prevenir la contaminación cruzada
La primera medida consiste en separar utensilios: contar con elementos exclusivos para alimentos sin gluten y almacenarlos en lugares diferenciados es esencial. Usar contenedores herméticos y estantes propios en alacenas altas también ayuda a evitar errores. La higiene, por su parte, debe ser rigurosa: limpiar superficies, electrodomésticos y lavarse bien las manos antes de cocinar son pasos obligatorios.
Para quienes no pueden destinar grandes espacios o presupuestos a duplicar electrodomésticos, algunos pequeños aliados resultan fundamentales. Por ejemplo, una freidora de aire con capacidad moderada permite preparar comidas de forma saludable sin necesidad de usar hornos compartidos. Los mixers con procesadora integrada y varillas de acero inoxidable ofrecen versatilidad sin ocupar demasiado espacio. Incluso contar con una tostadora exclusiva para panes sin gluten puede marcar una gran diferencia en la prevención de síntomas.
Cada vez más cocineros, emprendimientos y restaurantes se suman al desafío de ofrecer opciones aptas, demostrando que es posible disfrutar de una experiencia gastronómica completa sin gluten. Ya sea en casa o fuera de ella, con los cuidados adecuados y una selección responsable de ingredientes y utensilios, comer rico y seguro es totalmente posible.
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