El príncipe Enrique de Inglaterra y su esposa Meghan Markle se convirtieron en padres este lunes. La duquesa de Sussex dio a luz a su primer hijo y el séptimo en la línea de sucesión al trono británico. El niño nación a las 5:26, hora inglesa, y pesó 3,260 kilos.
Como es tradición entre la familia real británica, todavía se desconoce el nombre del pequeño, que se anunciará dentro de algunos días. La familia real emitió un comunicado en el que informaron que «tanto Su Alteza Real como el niño se encuentran bien» y que Enrique estuvo presente durante el parto.
«Estoy muy contento de anunciar el nacimiento de nuestro hijo, que ha sido un niño y ha nacido esta mañana, un niño muy sano», ha dicho el príncipe en una breve aparición ante las cámaras de la prensa. Y agregó: “La madre y el niño se encuentran increíblemente bien. Ha sido la experiencia más increíble que jamás habría podido imaginar».
En la carrera hacia el reinado, el nuevo integrante tiene antes a su abuelo, el príncipe Carlos; su tío, el príncipe Guillermo; y sus primos Jorge(de cinco años), Carlota (a punto de cumplir cuatro) y Luis (que nació el 23 de abril del pasado año); además de su propio padre, Enrique.
Hacia dentro de la familia real, este embarazo no estuvo exento de problemas. Meghan había dejado en claro que no quería que el nacimiento de su hijo se convierta en un espectáculo, como fueron los nacimientos de los hijos de su cuñado.
Meghan se negó a posar ante las cámaras maquillada, peinada y vestida a la perfección antes de recuperarse por completo del dolor del parto. Tampoco accedió a atenderse en el nosocomio al que la realeza británica acostumbra a atenderse y decidió dar a luz en su casa, a pesar de lo que prefería la reina Isabel II.
Por esa razón el príncipe pidió que una ambulancia permanezca permanentemente estacionada a metros de su casa y un helicóptero, en las inmediaciones, pronto a despegar.