Haley Joel Osment quedó en la historia del cine por su magnífica actuación en Sexto Sentido, que quedó plasmada con si icónica frase “Veo gente muerta”. Allí, tenía 11 años, aunque en la película interpretaba a un chico de 9, y su actuación fue tan convincente que fue directo y sin escalas a una nominación al Oscar.
Osment no era un recién llegado al mundo de la actuación, sino casi casi que entraba en la categoría experto. Desde la cuna, el cine y el teatro lo rodeaban. Nació en Los Ángeles, donde gran parte de la población trabaja o quiere trabajar en Hollywood, pero además su papá, Michael, era actor.
Con 11 años, Osment ya había actuado con Tom Hanks, Bruce Willis, había recibido una nominación al Oscar y colado una frase en la memoria colectiva mundial. Como si fuera poco, Steven Spielberg lo convocó para llevarse el papel protagónico en la película A.I. Inteligencia Artificial.
Su último gran rol en la pantalla grande fue en Leones de segunda mano, junto a Robert Duvall y Michael Caine, en 2003. Después, empezó a alejarse de la fama y de los medios.
A los 18 años, fue detenido por conducir ebrio y bajo los efectos de la marihuana. Esta detención, más su evaporación de películas, series, anuncios y portadas, dio pie a múltiples especulaciones. Más de uno pensó que Osment seguía el camino cuasi obligatorio de niño estrella a adulto estrellado, tal como le pasó a Macaulay Culkin.
La verdad fue mucho más extraña que cualquier ficción. Osment decidió bajarse de la fama y abocarse al estudio.
Después de terminar la secundaria, entre el 2006 y el 2011 Osment estudió en la Tisch School of the Arts de la Universidad de Nueva York. Lo hizo en un curso tan riguroso como novedoso, convencido de que los caminos más tradicionales no le enseñarían nada que no haya aprendido ya en los sets.
“Una película como Sexto sentido crea una imagen permanente de quién eres en la mente de las personas”, explicó él mismo en la revista The New Yorker. “En medio de todo eso, es difícil saber quién eres, o en quién te estás convirtiendo. La universidad parecía como un manejable siguiente paso, un lugar donde podía desentrañar todo eso”.
Durante su tiempo en la universidad, se mantuvo casi completamente desconectado de su anterior carrera profesional. Solo prestó su voz para la serie de dibujos animados IGPX: Immortal Grand Prix y los juegos de Kingdom Hearts.
La única película que protagonizó en ese intervalo fue Home of the Giants en 2007, junto a Ryan Merriman y Danielle Panabaker. “No hay demasiado en mi currículum vitae de ese tiempo, pero es la mayor inversión que hice en la actuación hasta la fecha. Me dio un radicalmente diferente conjunto de ideas”, dijo el actor. “Estaba trabajando en mi arte, pero no en una manera que era visible al público”.
Después de graduarse, encarnó al torpe maestro de educación sexual en la película Sex Ed, el odioso millonario de Entourage y el neonazi Adrien Arcand en Yoga Hosers. Todos personajes alejados de su otrora imagen de niño bueno para encarnar al de villanos.
También participó en series como Silicon Valley, The Boys y El Método Kominsky. En sus últimas apariciones se lo nota algo excedido de peso, pero él se encargó de aclarar que mientras sea un peso saludable, los kilos no le preocupan.
Hoy, Osmont es uno de esos afortunados que afirma: “Puedo hacer algo que hice desde joven y que continúa siendo mi trabajo y también mi decisión”.