En su paso por el Festival de Cine del Mar Rojo, Sharon Stone aseguró que su activismo contra el VIH perjudicó su carrera como actriz, ya que pasó 8 años sin trabajar cuando tomó el puesto de Elizabeth Taylor, al frente de amfAR, la organización sin fines de lucro dedicada a la ayuda de la investigación del sida, la prevención, la educación sobre el tratamiento, y la defensa de la enfermedad y la difusión en los medios de comunicación.
«Tenía unos zapatos muy grandes que llenar con Elizabeth Taylor en amfAR», señaló la protagonista de Bajos instintos. Y contó que su publicista, Cindy Berger, se lo había anticipado: «En ese momento no se te permitía hablar sobre sida. Entonces le dije: Lo sé, pero lo voy a hacer, me vas a matar . Ella respondió: Y si no lo haces, también te voy a matar «.
Si bien asumió el desafío a conciencia de la responsabilidad que conllevaba, Stone se sorprendió por las consecuencias que le trajo en el plano profesional. «No tenía ni idea de la resistencia, la crueldad, el odio y la opresión a los que nos enfrentaríamos», remarcó. Sin embargo, eso no hizo más que fortalecer su compromiso con la causa.
«Me quedé 25 años al frente de amrAR hasta que tuvimos remedios contra el sida que se anunciaban en la televisión como si fueran aspirinas. Eso destruyó mi carrera. No trabajé durante ocho años.
Me dijeron que si volvía a decir condón, me quitarían la financiación. Me amenazaron repetidamente, amenazaron mi vida, y decidí que tenía que seguir con ello», relató y aseguró que nunca dudó de su decisión.
Por otra parte, la actriz viene de lidiar con varios problemas de salud, ya que a principios de noviembre le detectaron un tumor fibroide y tuvo que someterse a una cirugía para que lo extirparan. «Mujeres en particular: no se dejen engañar. Busquen una segunda opinión. Puede salvarles la vida», manifestó a través de sus redes sociales, donde recibió miles de mensajes de apoyo.
Cabe recordar que en 2001, Stone sufrió un ACV que le provocó importantes cambios en su vida. «Todo mi ADN cambió. Mi cerebro no está sentado donde solía, mi tipo de cuerpo cambió e incluso mis alergias a los alimentos eran diferentes», reveló tiempo atrás. Y recordó lo mal que la pasó luego de que la Justicia le diera la custodia de su hijo Roan a su exmarido, el periodista Phil Bronstein: «Desde mujeres de mi propio mundo laboral hasta la juez que llevó mi caso de custodia, no creo que nadie capte lo peligroso que es un derrame para las mujeres y lo que se tarda en recuperarse: yo, siete años».
También en 2001, la actriz volvió a entrar al quirófano para someterse a una mastectomía, porque le habían encontrado un tumor benigno de gran tamaño. Pero al despertar de la anestesia, descubrió que , sin su consentimiento, el cirujano que la atendió le puso implantes más grandes de los que había pedido para reconstruirle el busto. «Cuando me quitaron el vendaje descubrí que tenía senos más grandes, que según el médico pegaban más con el tamaño de mis caderas», reveló en el libro de sus memorias. Y le adjudicó a este cambio físico los problemas que tuvo en adelante para volver a interpretar papeles protagónicos en series y películas.