Los vecinos de Córdoba, nucleados en la Asociación de Amigos de la Reserva Natural San Martín, formalizaron un pedido para la expansión de este enclave ecológico crucial para la ciudad. El reciente encuentro vecinal, bajo el lema “¿Se amplía o no la reserva?”, tuvo como objetivo central informar a la comunidad sobre la importancia de la conservación y la rica biodiversidad presente en esta área.
Esta iniciativa responde a una demanda sostenida por la asociación y los residentes, quienes consideran que la anexión de 51 hectáreas adicionales a las 114 ya protegidas, delimitadas por el curso del río Suquía y el Canal Maestro Sur, representa una medida indispensable para fortalecer la protección de los ecosistemas naturales amenazados por incendios, la creciente expansión inmobiliaria y la invasión de especies foráneas.
La relevancia de estas 51 hectáreas radica en su función esencial como corredor biológico estratégico, estableciendo una conexión vital entre la Reserva San Martín y la extensa Reserva Natural La Defensa de La Calera, un área protegida que abarca una superficie de 13.669 hectáreas dentro del predio del Ejército Argentino.
Adriana Moyano, en una nota publicada por el diario La Voz del Interior, enfatizó que la preservación de estos corredores biológicos no constituye un aspecto secundario, sino un factor determinante para asegurar la continuidad y la viabilidad futura de las especies que habitan la reserva cordobesa.
El mantenimiento de una conexión fluida con un ecosistema de mayor extensión y en un estado óptimo de conservación, como lo es La Calera, que incluso alberga especies emblemáticas como el puma, lo que evidencia una complejidad y un equilibrio ecosistémico significativos, resulta fundamental para garantizar la integridad ecológica a largo plazo de la Reserva San Martín.
La Reserva San Martín, protegida legalmente por la ordenanza municipal 11.702 desde su aprobación en 2009 y objeto de un proyecto de ampliación formalmente presentado en 2017, alberga una diversidad biológica notable para su ubicación dentro del ejido urbano. Se registraron más de 200 especies de aves, cerca de 20 especies de mamíferos, reptiles, anfibios, una variada gama de insectos y más de 40 especies de mariposas.
La bióloga Cecilia Estrabou, en tanto, advierte sobre la constante presión que ejercen los proyectos urbanísticos sobre este último pulmón verde de la ciudad. Estrabou subraya el papel insustituible de la reserva en la provisión de servicios ecosistémicos esenciales y la presencia de especies nativas que constituyen un elemento distintivo de la identidad territorial. Un valor añadido de las hectáreas cuya anexión se persigue son las lagunas formadas en antiguas canteras, que hoy ofrecen un paisaje singular y albergan una biodiversidad particular.
La preservación del río Suquía y sus riberas, amenazadas por la urbanización y la eliminación de la vegetación nativa, también constituye un punto central del petitorio vecinal, considerando el incremento del riesgo de inundaciones asociado a la impermeabilización del suelo. Las hectáreas en cuestión son de propiedad privada, diferenciándose de un proyecto vial provincial previamente descartado por la oposición de los vecinos y la reserva.
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