Agustín Olivares (19) fue condenado ayer a 22 años de cárcel por el asesinato del murguero Federico Agüero (28), ocurrido en octubre de 2018, en el barrio Vícor, al sudeste de esta ciudad. Tras las audiencias, el jurado popular encontró culpable al joven de los delitos de homicidio en ocasión de robo calificado por el uso de arma impropia, y robo calificado en concurso real con resistencia a la autoridad.
En los alegatos, el fiscal Diego Albornoz y el abogado querellante, Lucas de Olmos, habían pedido 20 años de cárcel. Sin embargo, el tribunal técnico de la Cámara 11ª del Crimen, integrado por María Susana Frascaroli (presidenta), Graciela Bordoy de Pizzicari y Daniel Ferrer Vieyra decidió elevar la sentencia en dos años más. Como se recordará, en las primeras horas del 7 de octubre de 2018, Agüero fue interceptado por Olivares y Cristian Torres Castillo (20), quienes circulaban en una motocicleta.
Entonces, tras reducirlo para sustraerle el celular y 100 pesos en efectivo, Olivares comenzó a pegarle en la cabeza a la víctima de manera reiterada con una piedra, provocándole hemorragias internas y fractura del cráneo. Una hora después, mientras se aguardaba la llegada de la ambulancia, Agüero murió en la intersección de las calles Nicaragua y Grenada ante el estupor de los vecinos. “Estábamos esperando esto, queríamos un poco de Justicia. Le dieron 22 años de prisión a Olivares y por menos por 22 años no va a dañar a ninguna otra familiar”, dijo Norma, la madre del artista en declaraciones radiales. En el proceso también se juzgó a ambos imputados por otro delito, el de robo de una bicicleta con resistencia a la autoridad.
Por ese caso, la defensoría oficial llegó a un acuerdo con Albornoz y homologó una pena de cinco años, que sirvió para fundamentar la peligrosidad de Olivares. Agüero era reconocido como un vecino con sensibilidad social, ya que no sólo llevaba adelante actividades solidarias sino también integraba murgas y trabajaba en pos de los más necesitados.