Tal como se preveía, la Cámara 8ª del Crimen sentenció ayer a cadena perpetua a Jeremías Sanz, el hijo de María Eugenia Cadamuro, asesinada en 2017. En un juicio que suscitó atención por el contexto, el jurado popular entendió que el joven fue el autor del homicidio triplemente calificado por el vínculo, por violencia de género y por alevosía.
Sanz, de 23 años, asesinó a su madre de dos disparos de escopeta y luego, con la ayuda de su amigo Nicolás Rizzi, enterró el cuerpo en un campo en Villa Gutiérrez, al norte de Jesús María, sobre la ruta 60. Antes de conocerse la sentencia, el acusado hizo uso de la última palabra y señaló que el proceso fue una injusticia”. Vengo padeciendo infinitas cosas y lo más importantes es que me quitaron a mi madre”, indicó en su relato.
Todo el proceso ha sido de una clara animosidad manifiesta tanto a mi familia como a mí. Yo no soy juez, soy un ser humano que puedo tener defectos, pero nunca haría algo así. Como mi defensa lo dijo nunca investigaron y siempre se guiaron por una sola hipótesis», señaló Sanz, quien cargó contra quien era la pareja de su madre en el momento en el que se sucedieron los hechos. Nunca investigaron a Pedro Antonio García y otros nombres que mi defensa mencionó en este debate. Quiero que se encuentre la verdad, me quitaron a mi madre”, señaló.
El fiscal de la causa, Hugo Antolín Almirón, había solicitado la semana pasada la pena de prisión perpetua, al igual que Ernesto Martínez, actual senador nacional y abogado querellante. Creemos que en el entorno más íntimo de la familia hay mucho por entender porque acá hay autores intelectuales que usaron a Jeremías como el instrumento del hecho”, indicó a su turno el diputado Luis Juez, quien también ofició de abogado querellante. Durante el juicio, la parte acusatoria indicó que el asesinato de Cadamuro tuvo un móvil netamente económico, ya que la disputa entre madre e hijo se habría dado por la millonaria venta de un campo, que se concretó ya con Sanz en prisión.
En la declaración que selló la suerte del condenado, Rizzi señaló que su amigo le pidió que lo acompañara hacia un descampado, tras lo cual le confesó: me mandé una cagada”. María Eugenia Cadamuro fue asesinada el 15 de marzo de 2017, tres meses antes había desaparecido de su casa, dejando la luz prendida y el auto abierto. Su cuerpo fue encontrado recién el 16 de junio en una fosa de un metro en un campo de Villa Gutiérrez.