Darío Alejandro Coronel recibió ayer la pena de prisión perpetua al ser hallado culpable del femicidio de Daiana Alejandra Moyano, la joven de 24 años que fue violada y estrangulada en un descampado de barrio Ciudad Mi Esperanza, el 6 de enero de 2019. La sentencia fue dictada ayer por el tribunal de la Cámara 9ª del Crimen, que en un juicio con jurados populares, encontró al hombre de 38 años culpable del delito delitos de abuso sexual con acceso carnal en concurso real con homicidio doblemente calificado por femicidio y críminis causae”, es decir que Coronel cometió el crimen para encubrir el delito anterior, lo que para el Código Penal argentino sólo supone la pena de prisión perpetua.
Se cumplieron las expectativas que teníamos. A lo largo del proceso quedó demostrado el hecho y se le otorgó la pena máxima. Dentro del contexto, las partes quedamos conformes”, indicó Mónica Picco, abogada de la familia de la víctima.
Ese domingo, la mujer de 24 años y madre de dos niños, volvía de su hogar cerca de las 20, cuando debió descender un kilómetro antes de la parada del colectivo 68, que no podía ingresar al barrio debido al anegamiento de las calles por la lluvia.
Entonces, Daiana llamó a su novio para que la esperara en la parada, ya que para llegar a su casa debía atravesar un descampado. Al bajar antes, Moyano quedó a merced de Coronel, quien la violó y luego la asesinó con los cordones de las zapatillas. El cuerpo de la joven fue encontrado por el novio, quien alertado por la demora salió en su búsqueda.
Si bien en un primer momento se especuló con que el asesino era conocido de la mujer, con el correr de los días se comprobó que Coronel era un vecino del barrio, pero que nunca había tenido contacto con Moyano hasta el episodio.
Ni bien se conoció el hecho, además de reclamar justicia, los vecinos de la zona realizaron manifestaciones para que la Municipalidad asfaltara el camino de ingreso al barrio. Además, también pidieron que la provincia se hiciera cargo de la seguridad en la zona.
La condena supuso el fin de un proceso judicial que fue seguido por familiares, amigos y organizaciones contra la violencia de género, que se inició días atrás con gran expectativa, ya que además dejó al descubierto la falta de infraestructura en los barrios periféricos.