Una fuente judicial manifestó que la policía Wanda Esquivel declaró ante el fiscal José Mana que cuando se trasladaban en un móvil policial, el oficial Javier Alarcón sacó un arma de su chaleco y le pidió que la tirara por la ventana, en una zona cercana donde presuntamente los chicos evadieron un control policial.
El abogado Hugo Luna, defensor de Alarcón, confirmó luego a la prensa que ese relato de Esquivel consta en el expediente, no obstante dijo que no se ajusta a la realidad” y que va a ofrecer elementos de pruebas para demostrarlo”.
Al respecto añadió que Esquivel, con lo que relata en la indagatoria, busca atenuar su situación procesal y evitar la prisión preventiva, pero no le resultó”, consideró Luna al restarle importancia a las declaraciones de la mujer policía que participó en los operativos de control cuando ocurrió el crimen.
En el proceso de investigación ya fueron indagados los 13 efectivos policiales imputados y los tres empleados de un sanatorio que se negaron a atender a Blas cuando llegó, presuntamente con vida, luego de recibir el balazo que ingresó por la luneta e impactó en su omóplato.
Los policías Alarcón y Lucas Gómez son los dos principales imputados como los autores de los disparos que mataron al adolescente, a quienes se les adjudica el delito de «homicidio calificado agravado por el uso de arma de fuego y por la condición de policías» y también en grado de tentativa” por el riesgo de vida que significaron esos disparos para el resto de los ocupantes del automóvil.
El hecho ocurrió el 6 de agosto pasado cuando Correas se movilizaba en un auto con cinco amigos y habrían evadido un control policial en la zona sur de la ciudad de Córdoba, por lo que los policías dispararon varios tiros, uno de los cuales ingresó por la luneta y se incrustó en el omóplato de Valentino Blas Correas.
El joven iba en la parte de atrás y murió a causa de la herida, mientras que otro joven recibió heridas menores por el impacto de otro proyectil.