El evento fue impulsado por más de diez instituciones barriales que mantienen vínculos con el Centro Municipal de Acompañamiento Comunitario “Las Aldeas”, un dispositivo territorial de la Dirección de Políticas Sociales en Adicciones con el que la Municipalidad de Córdoba aborda de manera comunitaria la complejidad del consumo problemático de sustancias en las comunidades más vulnerables.
Durante los festejos, hubo puestos de comida, feria de “chucherías”, juegos, nieve loca y un escenario por donde desfilaron las murgas y los artistas populares de distintos barrios de la zona noroeste. Como todo carnaval, también incluyó la tradicional quema del muñeco que representa al Rey Momo, dios de la burla y el sarcasmo, y que esta oportunidad adquirió una relevancia particular.
El monigote realizado en los talleres comunitarios de “La Aldea” tenía la forma de una enorme muñeca de papel maché, de traje blanco entallado, cartera y medias caladas, con aspecto de mujer sofisticada y seductora. Un cartelito indicaba que se llamaba Alicia. “Esa es una de las formas de nombrar la droga, y acá la hicimos así, como alguien que viene, te engancha, te saca la plata y te arruina”, resumió uno de los jóvenes.