Una enorme nube de cenizas que se levantó en los campos circulaba por los campos de Corrientes, entre la lluvia y el viento, mientras dos conductores se transportaban por una de las rutas.
La mujer que filmaba le pedía a la otra persona que tenga cuidado, mientras ese tornado de polvo se acercaba al asfalto y se comenzaban a ver los primeros autos que estacionaban en la banquina para evitar ser arrasados. Esta tormenta se registró en el noroeste de la provincia.
El viento y la lluvia llegaron luego de que, durante dos meses, la provincia sufriera incendios, incluso, dentro del Parque Nacional Iberá, que se quemó en un 40%. El total de superficie afectada fue de 800.000 hectáreas.