El hipotiroidismo es una enfermedad muy común en los perros y se produce cuando la glándula tiroides no produce suficientes hormonas tiroideas, lo que genera graves consecuencias en la vida de los caninos.
Las hormonas tiroideas juegan un papel importante en su metabolismo y afectan la función de muchas partes del cuerpo.
Este desequilibrio hormonal normalmente es causado por la contracción o inflamación de la glándula tiroides.
A pesar de que puede presentarse en perros de cualquier raza y edad, se diagnostica con más frecuencia en los de mediana edad a edad avanzada y en razas medianas a grandes.
Las razas con mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad son: Setter Inglés, Golden Retriever, Schnauzer, Cocker Spaniel y Boxer.
Signos clínicos del hipotiroidismo
- Aumento de peso. La reducción del ritmo metabólico de los perros hipotiroideos genera el aumento de peso cerca de un 50%. Ese sobrepeso se puede potenciar por la escasa actividad física, lo cual produce menos consumo de calorías.
- Ausencia o caída de pelo. Su pelaje se torna más fino, áspero y poco brillante. La pérdida de pelo suele presentarse en los flancos, en los muslos o en zonas de contacto. Algo que los dueños de perros con hipotiroídismo también notan es que al cortarles el pelo, este tarda más de lo normal en crecer.
- Pioderma. Las pérdidas de pelo pueden complicarse con infecciones. Cuando el canino se rasca y presenta lesiones de piel características debidas a la proliferación de microorganismos. Estas infecciones también pueden darse en el canal auditivo y generar una otitis.
- Letargia. El hipotiroidismo produce en más de un 80% de los casos una reducción de la actividad metabólica, por lo que el perro puede mostrar cada vez menos interés por el ejercicio físico. Además podemos notar que busca zonas soleadas o templadas para recostarse.
- Cambios neuromusculares. Este síntoma da alarma a los dueños que quizá no se habían percatado de los demás o no le dieron mucha importancia. Los perros hipotiroideos pueden comenzar a caminar en círculos de manera compulsiva, mostrar descoordinación o debilidad muscular e incluso llegar a las convulsiones.
Tratamiento y cuidados
Antes que nada se debe acudir a un profesional veterinario para que sea quien proporcione el tratamiento más adecuado para tu perro. Si bien el hipotiroidismo en perros no tiene cura, existen distintas terapias para lograr estabilidad en la salud del canino.
El tratamiento más común consiste en la administración de manera oral de la hormona tiroidea para mejorar su funcionamiento. Normalmente el perro debe ingerir la pastilla dos veces al día cuando recién comienza el tratamiento y luego se reduce a una sola vez por día. También deben realizarse análisis de sangre de manera periódica para controlar su eficacia.
Algo fundamental es una administración correcta de la cantidad del medicamento. El exceso de dosis puede producir que el perro consuma mucha agua e incluso llegue a perder peso o al nerviosismo.