Un periodista y escritor, llamado Jon Katz, acuñó y definió el término petofilia, un excesivo y desmesurado amor, planteándolo concretamente como un término que define y se aplica a las personas que tienen cierta y marcada obsesión enfermiza por sus animales de compañía, ya sea perro o gato.
Se trata de un amor exagerado y fanático en demasía hacia sus perros o gatos.
Es importante tener en cuenta algunos puntos para saber si humanizamos a nuestros animales y estamos en los albores del desarrollo de este trastorno o sea empezando a desarrollar petofilia.
Quizás lo primero a considerar sea que cada animal, primero desde su especie y luego desde su individualidad, tiene una visión, una percepción de su entorno y un código especial de vida y comunicación.
Cada especie está marcada con un determinado código de referencia y nos debemos atener a él a la hora de pretender comunicarnos y convivir con alguno de ellos.
Por otra parte, no está demás aclarar que perro y gato son especies diferentes entre sí y a la vez distintas a nosotros. A cada una de ellas les corresponde un código de comunicación y comportamiento con las salvedades y diferencias individuales.
Tal vez responder un cuestionario relacionado con nuestro comportamiento frente a un perro o a un gato pueda aclarar nuestra situación al respecto:
– ¿El trato hacia tu perro o gato es semejante al que tienes con una persona, imaginando respuestas formales a tus preguntas retóricas realizadas a los animales?
– ¿Les comprás ropa a los animales, más allá del abrigo necesario, por coquetería o vanidad?
– ¿Sentis que tu apego a tu perro o a tu gato hace que no puedas alejarte de ellos transformando a esta relación en una dependencia excesiva y agobiante más que en un disfrute del vínculo?
– ¿Primero están tus perros o gatos antes que vos y cualquier otro ser de tu entorno inmediato?
– ¿Te preocupa dejar solos a tus animales llegando al extremo de aislarte, transformándote en casi un ser antisocial con miedos y depresión?
– ¿Ponés por encima de todo a tus animales generando conflictos de relación con otras personas por ese motivo?
– ¿Considerás que tu comportamiento es aislacionista y hosco, y que por ello daña a tus animales?
– ¿Tus animales han desarrollado signos de hiperapego y dependencia manifestando claras señales de enfermedad de ansiedad por separación?
Haber respondido sinceramente a estas preguntas puede hacer reflexionar y cambiar a quien haya transitado por un camino equivocado ya sea por exceso de amor o por necesidad afectiva humanizando indebidamente a sus animales.
Mientras tanto los expertos recomiendan no sobrepasar los límites de cariño con los animales de compañía, posponiendo el desarrollo de una vida propia como persona humana y dejando de lado una existencia plena por no dejar solos a tu perro o a tu gato.