La NASA reveló ayer los primeros detalles concretos del objeto celeste más lejano jamás explorado por la Humanidad, Ultima Thule, situado en el cinturón de Kuiper, a unos 6.500 millones de kilómetros de distancia del Sol, después de que la nave New Horizons lo haya sobrevolado. Alan Stern, uno de los científicos a cargo de la misión, aclaró que las imágenes pancromáticas de más alta resolución “no llegarán hasta febrero, aproximadamente”.
Ultima Thule, que fue el nombre elegido por el público en una convocatoria de la NASA para nombrar al objeto conocido hasta ese momento como 2014 MU69, proviene de un término de origen griego usado por geógrafos romanos y medievales para indicar un lugar “situado más allá del mundo conocido”. Pese a que el sobrevuelo a ese asteroide rocoso ocurrió a medianoche del primero de enero a una distancia de unos 3.500 kilómetros del objeto, la primera señal de New Horizons después de completarlo llegó a las 10.30 hora local (15.30 GMT) de ese día a la Estación de Rastreo de la Red del Espacio Profundo, situada en Madrid.
Esto sucede porque Ultima Thule se encuentra a seis horas y siete minutos luz de la Tierra, según explicó uno de los encargados de esta misión. De acuerdo a los últimos hallazgos, los científicos consideran que esa rotación dura entre 15 y 30 horas, a falta de más datos para confirmar esta hipótesis. Ultima Thule está ubicado en una de las regiones más remotas del Sistema Solar, conocida como el cinturón de Kuiper, en honor al astrónomo que predijo su existencia en la década de los años cincuenta, Gerard Kuiper.
La nave New Horizons estuvo durante seis meses en hibernación, hasta junio de este año, cuando retomó su trayecto hacia este objeto celeste, de apenas 30 kilómetros de diámetro. Los científicos y astrónomos a cargo de esta misión esperan que la información que recabe New Horizons ayude a entender mejor la formación del universo y del Sistema Solar, como así también comprender la creación de los planetas.