“El problema venezolano se puede arreglar en la medida en que se empiece a hablar de elecciones”, aseguró el canciller uruguayo Rodolfo Nin Novoa al término de la reunión del GIC, donde explicó que el grupo busca una salida pacífica de la crisis venezolana e intentará conseguir las garantías necesarias para “un proceso electoral justo y libre” en ese país. El presidente Nicolás Maduro salió a respaldar el sábado la iniciativa promovida por algunos países latinoamericanos y la Unión Europea (UE), al asegurar que “estoy listo y dispuesto a recibir a cualquier enviado del grupo de contacto”. Sin embargo, al mismo tiempo Maduro rechazó “la parcialización e ideologización en que han caído producto del extremismo con que ven a Venezuela”.
Por su parte, el autoproclamado “presidente encargado” y líder de la oposición Juan Guaidó advirtió ayer que está dispuesto a hacer “todo lo que sea necesario” para apartar a Maduro del poder, incluida la posibilidad de permitir una intervención militar de los Estados Unidos. “Haremos lo que sea que tenga el costo social más bajo, lo que genere gobernabilidad y estabilidad para poder responder a la emergencia”, aseguró Guaidó, aunque ante una consulta de la prensa consideró que podría autorizar una intervención militar del gobierno de Donald Trump. El dirigente advirtió a los militares venezolanos que impedir la entrada de ayuda humanitaria los convierte “casi en genocidas”, porque es “delito de lesa humanidad”. “Esto tiene responsables y que lo sepa el régimen: eso es delito de lesa humanidad, señores de la Fuerza Armada”, declaró Guaidó a la prensa, donde aseguró que hará “todo lo que sea necesario, todo lo que tengamos que hacer, para salvar vidas humanas, para que los niños dejen de morir”.