ROMA. – Por primera vez en la historia católica, casi 200 líderes de la iglesia de todo el mundo se reunirán a partir de hoy en el Vaticano para enfrentar el que acaso constituya el mayor desafío reciente para la institución: el flagelo de los abusos sexuales a menores perpetrados por miembros del clero. La cumbre de cuatro días convocada por el papa, que no tiene precedentes, incluirá dos discursos de Francisco, charlas sobre protocolos y prácticas de acción, discusiones en grupos pequeños entre obispos, diálogos con víctimas de todo el mundo, y una ceremonia penitencial en la que participarán decenas de sobrevivientes de abusos sexuales.
“Debemos mirar a este monstruo a la cara sin temor si realmente queremos conquistarlo”, dijo Alessandro Gisotti, portavoz del Vaticano, en las horas previas del encuentro, que el papa aspira finalice con un protocolo de actuación común para todos los obispados del mundo, así como también con nuevas medidas para prevenir estos abusos y acabar con el encubrimiento eclesial. Sin embargo, las organizaciones de víctimas no son tan optimistas: “Hay mucho en juego con esta cumbre, pero miles de niños han sido abusados durante décadas por el clero y obispos que prometieron que nunca más reinaría el silencio. Basándome en nuestras investigaciones, no puedo ser optimista”, aseguró por ejemplo Anne Barret Doyle, directora de Bishop Accountability.
“Mi esperanza es que la gente vea a la cumbre como un punto de inflexión”, dijo a su vez el cardenal de Chicago, Blase Cupich, miembro del comité organizador. “Este no es el final. Nadie puede decir que no habrá más abusos en la iglesia o en el mundo, pero la gente será más responsable” a partir de ahora, vaticinó.