WASHINGTON. – Tal como había anticipado el fin de semana, Estados Unidos arremetió ayer con diferentes acciones en la renovada crisis con Irán, que cada día crece un poco más en intensidad.
Por un lado, el presidente Donald Trump lanzó una batería de nuevas sanciones contra Teherán luego del derribo de un avión no tripulado estadounidense por parte del régimen islámico, ocurrido la semana pasada. Entre las medidas, que fueron calificadas como “fuertes y proporcionadas a las acciones provocadoras de Irán” por el propio presidente Trump, se encuentra el bloqueo de “miles de millones” de dólares en activos iraníes por parte del Tesoro norteamericano.
“No buscamos tener un conflicto, ni con Irán ni con ningún otro país. Creo que exhibimos mucha moderación, pero esto no quiere decir que la vayamos a exhibir más adelante”, advirtió Trump, quien insistió en que la calma estadounidense tiene sus límites: “Irán no puede tener jamás un arma nuclear”, avisó el mandatario.
Sus palabras llegaron en momentos en que el Consejo de Seguridad de la ONU se reunía a puertas cerradas para abordar la crisis bilateral y luego de que el comandante de la Armada iraní, Hossein Khanzadi, advirtiera a Estados Unidos que su país tiene la capacidad de derribar más naves si vuelven a violar el espacio aéreo de su país.
Pero simultáneamente, el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, viajó a Medio Oriente con el objetivo explícito de armar una coalición contra Irán. La primer parada fue Arabia Saudita, donde se reunió con el príncipe heredero Mohamed bin Salman para “discutir el alza en las tensiones en la región”, según informó. “Necesitamos promover la seguridad marítima en el estrecho de Ormuz”, sostuvo Pompeo tras la reunión con el rey, que se limitó a calificar de “productiva”. Sin embargo, antes de emprender el viaje, Pompeo aclaró que el objetivo de su gira era abordar con sus interlocutores y aliados “cómo forjar una coalición global” contra Irán.