SEÚL.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, protagonizaron ayer un encuentro histórico en la Zona Desmilitarizada (DMZ), que divide a la península coreana. El presidente estadounidense sorprendió a todos al anunciar en la cumbre del G-20 que había invitado a su par norcoreano, vía Twitter, a un encuentro en la frontera: finalmente no sólo se reunió con Kim en ese emblemático lugar, sino que además se convirtió en el primer presidente norteamericano en pisar suelo norcoreano al ingresar a pie al país comunista junto a su mandatario. Previamente, ambos líderes mantuvieron un encuentro de 45 minutos que ofició como un relanzamiento de las negociaciones para la desnuclearización definitiva de la península coreana. Trump invitó de hecho a Kim a visitarlo en la Casa Blanca: “Lo invitaría ya mismo”, anticipó el mandatario estadounidense antes de anunciar el reinicio de las negociaciones. “Me sentí orgulloso de haber cruzado esa línea”, manifestó ante la prensa mientras estrechaba la mano de Kim y aseveraba que era “un gran día para el mundo”. Se trató del tercer encuentro entre ambos líderes, tras la cumbre en Singapur el año pasado y la reunión en Hanói en febrero.