MOSCÚ.- La inesperada explosión de un misil en la ciudad rusa de Severodvinsk, que dejó al menos cinco muertos y causó un alza de los niveles de radiación 16 veces por encima de lo normal, desnudó una escalada nuclear de imprevistas consecuencias entre el país de Vladimir Putin y el de Donald Trump, que rememora la Guerra Fría.
Caído el tratado de misiles de alcance medio (INF), que impedía ambos países desarrollar su arsenal nuclear, Rusia reveló que está desarrollando una nueva generación de misiles para romper todo escudo que idee Estados Unidos, mientras que el presidente Trump proclamó que también trabaja en armas “similares, pero más avanzadas”.
El portavoz del Kremlin aseguró el martes que Rusia va muy por delante en la construcción de misiles de propulsión nuclear. El presidente Putin “dijo varias veces que el avance en esta área supera el nivel alcanzado por otros países”, subrayó Dimitri Peskov. De hecho, este tipo de misiles formó parte de una presentación que, con ayuda de videos y simulaciones por computadora, Putin realizó el año pasado: “Somos invencibles”, dijo el mandatario el 1 de marzo de 2018 ante la Asamblea Parlamentaria rusa. Allí presentó misiles de crucero con capacidad nuclear, drones submarinos y misiles hipersónicos.
La misteriosa explosión de la semana pasada en una base rusa del Ártico confirmó la nueva carrera armamentística iniciada entre Moscú y Washington. La preocupación se incrementó el martes, cuando se conoció que el Gobierno ordenó la evacuación de un pueblo cercano y el servicio meteorológico nacional informó que los niveles de radiación aumentaron entre 4 y 16 veces tras la explosión en la ciudad cercana a la base, Severodvinsk. “Las acciones de las autoridades locales se parecen a la serie Chernobyl: la gente no se entera de inmediato de las noticias, las autoridades locales guardan silencio y mantienen reuniones, luego murmuran que todo está en orden y que no hay que preocuparse; pero aumentan los niveles de radiación”, relató el ex senador Konstantin Dobrynin, de la región de Arkhangelsk, donde ocurrió el accidente.
Fiel a su idiosincracia, Trump salió a responder desde Twitter: “Estados Unidos están aprendiendo mucho de la fallida explosión del misil en Rusia. Nosotros tenemos algo similar, aunque más avanzado, tecnológicamente”, aseveró. Pero Rusia apenas brinda información sobre el origen de la explosión. Los expertos militares apuntan que se trataba de un ensayo con un misil de crucero con capacidad nuclear 9M730 Burevestnik, uno de los que Putin presentó en aquel discurso de 2018.