LONDRES.- El primer ministro británico Boris Johnson redobla la presión sobre la Unión Europea (UE) para forzar una renegociación de la salida del Reino Unido del bloque regional, con la paradójica amenaza de impulsar el Brexit duro. En vísperas de una gira por Alemania y Francia, donde intentará arrancar nuevas concesiones a sus principales socios europeos, la canciller Angela Merkel y el presidente Emmanuel Macron, Johnson estableció que las reglas que amparan a los ciudadanos europeos para vivir y trabajar libremente en el Reino Unido perderán automáticamente todo su efecto si el 31 de octubre se ejecuta una salida abrupta de su país de la UE. Y para cerrar la amenaza ordenó que el 31 de octubre sea derogada la ley que permitió a Gran Bretaña integrar la UE.
“Esta es una señal clara para los ciudadanos de este país: saldremos de la UE según lo prometido el 31 de octubre, independientemente de las circunstancias”, enfatizó Steve Barclay, ministro responsable del Brexit. Sin embargo, el ultimátum no parece hacer mella en Europa, donde una portavoz de la Comisión Europea (CE) respondió que “el costo (de un Brexit duro) será proporcionalmente mucho más grande para el Reino Unido de lo que sería para los 27 Estados miembros de la UE”. Tal escenario “causará perturbaciones importantes tanto para los ciudadanos como para las empresas y tendrá un serio impacto económico”, insistió la fuente.