BRASILIA.- Cada día que pasa, el gobierno de Jair Bolsonaro suma nuevas polémicas que ponen en riesgo los derechos y libertades más básicos en Brasil: ayer lo esceneficó el propio mandatario junto a sus dos hijos, que salieron a poner en duda la utilidad de la democracia. “Por la vía democrática, la transformación que Brasil quiere no ocurrirá al ritmo que deseamos… si es que ocurre”, escribió a la madrugada Carlos Bolsonaro, de 36 años, concejal de Rio de Janeiro y segundo hijo del mandatario.
Ante la inmediata polémica que desató el tweet, el jefe de Estado respondió ayer con una sugestiva fotografía desde el hospital en el que está internado en San Pablo, luego de ser sometido a una nueva operación abdominal el domingo pasado: el diputado y candidato a la embajada en Estados Unidos, Eduardo Bolsonaro, su otro hijo, lo acompaña en la imagen portando una pistola en la cintura.
Ambos gestos de la familia presidencial llegan luego de que el Supremo Tribunal Federal (STF) del país truncara el fin de semana un intento del gobernador de Rio de Janeiro, el ex pastor evangélico Marcelo Crivella, de censurar e incautar un libro de historietas de la Bienal del Libro porque mostraba un beso entre dos personajes masculinos. Y ocurren horas después de que la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, volviera a advertir sobre la situación humanitaria en Brasil: “El mundo nunca vio una amenaza de esta dimensión a los derechos humanos (…) estoy profundamente preocupada con la rápida aceleración de la deforestación del Amazonas”, advirtió ante la ONU (ver HDC de ayer).
“Se está produciendo un ataque al Brasil abierto, democrático y plural construido desde la Constitución de 1988”, consideró ayer el relator especial para la libertad de expresión de la Comisión Interamericana de DD.HH. de la OEA, Edison Lanza, quien el lunes encabezó un acto en defensa de la democracia y la libertad de expresión en la Universidad de San Pablo. “Es preocupante el ataque a la prensa independiente o que el Gobierno no controla: The Intercept, Globo, Folha, los periodistas Patricia Campos Mello y Glenn Grennwald, y los columnistas. Cuando el presidente hace una campaña desacreditando a los periodistas, lo que hace es exponerlos al odio de sus seguidores en las redes sociales”, afirmó Lanza en el diario español El País, donde sumó al Poder Judicial a su diagnóstico. “Es preocupante que algunos jueces no sepan cuáles son los fundamentos básicos de la democracia”, explicó Lanza, quien aseveró que “el Gobierno quiere imponer un relato que crea una serie de enemigos e ideologías que deberían censurarse o excluirse del ambiente artístico, académico y político”. Además, “parece que quiere tener el derecho de establecer cuáles son las ideas que deben prevalecer en el espacio público y cuáles deben desecharse en nombre de la ciudadanía”, finalizó.
Nueva denuncia contra Lula da Silva
BRASILIA.- La Fiscalía del Estado brasileña volvió a denunciar en las últimas horas al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva y a su hermano José Ferreira da Silva, conocido como “Frei Chico”, por el supuesto pago de sobornos por parte de la constructora Odebrecht.
El ex mandatario y su hermano fueron acusados de un delito de “corrupción pasiva continuada”, según consta en la denuncia, en la que también fueron incluidos el patriarca de la empresa constructora, Emilio Odebrecht, y su hijo Marcelo Odebrecht, este último condenado ya por otros actos de corrupción. Según la Fiscalía de San Pablo, Frei Chico -sindicalista con carrera en el sector petrolero-, recibió entre 2003 y 2015 un total de 1,13 millones de reales (unos 275.000 dólares) en parcelas mensuales que oscilaban entre los 700 y los 1.200 dólares al cambio actual.