LIMA.- Perú terminó de entrar en una crisis institucional inédita ayer por el enfrentamiento entre el presidente Martín Vizcarra y la oposición fujimorista que derivó en el cierre del Congreso, luego de que el cuerpo legislativo se negara a aceptar una “cuestión de confianza” solicitada por el Ejecutivo e intentara avanzar unilateralmente en un cuestionado proceso de selección de jueces para el Tribunal Constitucional del país.
Se trata del choque más abierto entre dos poderes del Estado desde inicios de siglo en Perú, al punto que el jefe de Estado decidió disolver el Parlamento dominado por el fujimorismo y las fuerzas de ultraderecha que le son afines. En un mensaje dirigido a la Nación, Vizcarra anunció anoche que el cuerpo legislativo le denegó de forma “fáctica” un voto de confianza que había solicitado y por ello “decidí disolver el Congreso y llamar a elecciones de congresistas de la República”; en base a una prerrogativa que le otorga la Constitución.
“Si el nombramiento de los magistrados del Tribunal Constitucional se vota antes de la moción de confianza, consideraré que se denegó la cuestión de confianza”, había advertido el propio Vizcarra el domingo a la noche. Sin embargo, el Parlamento dominado por la oposición comenzó a tratar sin más ayer la designación de seis de los siete magistrados del Tribunal Constitucional, un órgano clave pues decide la prisión o libertad de los políticos detenidos e investigados por casos de corrupción, como ocurre con las causas por la constructora brasileña Odebrecht.
La jugada podría tender un manto de impunidad sobre los líderes del espacio involucrados en esas investigaciones.La propia Comisión Interamericana de Derechos Humanos había cuestionado los parámetros para escoger a los aspirantes al cuerpo y la prensa aseguró que seis de los candidatos tienen denuncias por violación, secuestro, robo, extorsión, lavado de activos y corrupción.
Según la Constitución, el Presidente puede cerrar el Congreso y convocar a elecciones para elegir nuevos legisladores si el cuerpo rechaza un voto de confianza en dos oportunidades: Vizcarra había presentado ayer su tercer pedido, pero el rechazo de la oposición “subraya la desvergüenza de la mayoría parlamentaria, trabajando para blindar a los suyos”, argumentó. “Que sea finalmente el pueblo el que decida. El cierre que dispongo está dentro de mis facultades contenidas en la Constitución dando fin a esta etapa de entrampamiento político. Que se defina en las urnas el futuro del país”, sostuvo al fin Vizcarra.
El Congreso dominado por los seguidores de Keiko Fujimori respondió de forma inmediata y presentó un pedido de vacancia presidencial en una sesión legislativa improvisada.