MÉXICO DF.- Evo Morales aterrizó ayer por la mañana en el aeropuerto internacional de la Ciudad de México, tras una verdadera odisea diplomática entre el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador –quien le concedió asilo por razones humanitarias– y los militares bolivianos. Llegó junto a Álvaro García Linera (ex vicepresidente de Bolivia) y Gabriela Montaño (ex ministra de Salud).
“Estamos muy agradecidos porque el presidente de México y el pueblo boliviano me salvaron la vida”, aseguró Morales en sus primeras declaraciones y luego de ser recibido por el canciller de México, Marcelo Ebrard. Minutos después, Morales volvió a denunciar la actitud de la oposición y de los policías y militares que perpetraron el golpe de Estado y forzaron su renuncia. “Quemaron tribunales electorales, quemaron las casas de nuestras autoridades, saquearon la casa de mi hermana, saquearon mi casa en Cochabamba, con políticas de amedrentamiento quisieron denunciar a dos de nuestros alcaldes”, enumeró el ex presidente.
Luego, explicó que fueron esos los motivos de su renuncia: “Para que no haya más desangres, más enfrentamientos, hemos decidido renunciar”.
El golpe de Estado tuvo como puntapié inicial los discutidos resultados de las elecciones generales del 20 de octubre. El recuento de votos dio como ganador a Morales en primera vuelta, pero la oposición denunció fraude y salió a las calles a protestar. Las manifestaciones se intensificaron y la Policía Nacional de Bolivia decidió acuartelarse en varias ciudades del país. Finalmente, tras la difusión del informe preliminar de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en la que denunció “graves irregularidades” en el proceso electoral, las Fuerzas Armadas de Bolivia “sugirieron” a Morales que renuncie a su cargo como presidente.
“Pensé que habíamos terminado con la opresión, con la discriminación, con la humillación, pero surgen otros grupos que no respetan la vida, menos la patria”, lamentó Morales. “Si de algo he pecado es de haber implementado programas sociales para los más humildes, nuestro delito o pecado es que ideológicamente somos antimperialistas”, añadió.
El viaje de Morales no estuvo exento de complicaciones. De acuerdo con el relato del canciller Ebrard, surgieron complicaciones tanto con las fuerzas militares de Bolivia como con el Gobierno de Perú. Sin embargo, la rápida negociación del presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, y del mandatario de Paraguay, Mario Abdo, lograron destrabar el conflicto. Finalmente, pasadas las 11 de la mañana de ayer, Morales aterrizó como asilado político en México. “Me ha salvado la vida”, agradeció el ex mandatario.
Autoproclamación
LA PAZ.- La senadora opositora Jeanine Añez se autoproclamó ayer presidenta interina de Bolivia. No obstante, cuestionaron la autoridad de su designación puesto que tanto la renuncia de Morales como la designación de una autoridad para conducir al país debían pasar por Asamblea Legislativa Plurinacional. Ayer se intentó sesionar para abordar el conflicto, pero a falta de quórum (se ausentaron los representantes del Movimiento al Socialismo), la sesión se cayó. Morales denunció que la maniobra viola la Constitución y las normas del cuerpo legislativo.
Almagro contradice
LA PAZ.- El secretario general de la OEA, Luis Almagro, aseguró ayer, en el marco de una reunión especial para tratar el tema Bolivia, que “dieron un golpe de Estado quienes se robaron la elección declarando un triunfo en primera vuelta”. Y añadió: “La sangre en la manos es de aquellos que cometieron el fraude electoral, la OEA no dio un golpe de Estado”. Por su parte, quince países de organismo pidieron la convocatoria de elecciones en el país vecino “lo más pronto posible” y evitaron calificar de “golpe de Estado” la salida de Morales del Ejecutivo.
Persiste el conflicto
LA PAZ.- En medio de la represión que desató la Policía boliviana, las grandes ciudades del país permanecían ayer sin vehículos y con barricadas en las intersecciones de sus calles. Mientras tanto, la Central Obrera Boliviana instó ayer a restablecer el orden constitucional. De lo contrario, aseguró su titular, Juan Carlos Huarachi, se realizará una huelga general por tiempo indeterminado. “La historia un día los juzgará”, subrayó el sindicalista ante la violencia ejercida por las fuerzas militares y policiales.