BOGOTÁ. – La tensión regional se extendió ayer a Colombia, donde miles de ciudadanos salieron a las calles de las principales ciudades del país para expresar su descontento con el gobierno de Iván Duque, que respondió con un endurecimiento de las políticas de control social que derivó en la declaración extrema de “toque de queda” en Cali.
La tensión que envolvió al primer paro nacional que enfrentó el gobierno conservador se había hecho patente incluso antes del inicio de las protestas, a causa de los registros policiales a colectivos de artistas y a medios de comunicación y la militarización de las calles de Bogotá, ordenados por Duque en la víspera de una protesta centrada en su política económica y social.
El jefe de Estado emitió ese día un polémico decreto para “conversar el orden público” que habilitó el despliegue de las fuerzas militares y facultó a las autoridades locales para “restringir y vigilar la circulación de las personas por vías y lugares públicos, decretar el toque de queda (…), requerir el auxilio de la Fuerza Armada”, entre otras medidas.
Ante esto, la ONU expresó su preocupación por el aumento de militares en las calles y los “decretos, circulares e instructivos” dictados por las autoridades: “Los Estados deben limitar y condicionar al máximo el uso de las fuerzas militares para el control de disturbios internos”, advirtió en una circular.
La manifestación había sido convocada por sindicatos, estudiantes, artistas, organizaciones sociales e indígenas y partidos de la oposición. Desde temprano, las primeras marchas salieron de universidades públicas de Bogotá, Medellín y Cali, donde paulatinamente se fueron sumando miles de personas en sus recorridos hacia el centro de las ciudades por avenidas desiertas, en una jornada que paralizó al país por la huelga del transporte público y todas las ramas de la economía.
Pese a que el ánimo en general de las manifestaciones fue pacífico, también se registraron incidentes en Bogotá y Cali, donde el alcalde decretó un “toque de queda” a partir de las 19, que prohibía circular por la vía pública. La razón es que allí se produjeron los mayores enfrentamientos, donde incluso llegaron a registrarse saqueos, pero también fue más intensa la represión con el uso de bombas aturdidoras, gas lacrimógeno y balas de goma, aunque sin que se produjeran heridos de gravedad hasta el cierre de esta edición.
En Bogotá, hubo enfrentamientos con la policía en el noroeste de la ciudad, así como también con estudiantes que intentaban llegar al Aeropuerto de El Dorado pero fueron dispersaros por la policía.