SANTIAGO DE CHILE.- Chile vivió el martes otro día de furia ciudadana, que por la noche derivó en numerosos incidentes sobre todo en el interior del país, algo que llevó ayer al presidente Sebastián Piñera a salir a decir públicamente “basta”, en una respuesta que promete profundizar la vía autoritaria para controlar las manifestaciones, algo que podría derivar en una crisis aún mayor.
“Llegó el momento de decir basta, el Gobierno está haciendo su trabajo”, aseveró ayer Piñera en un mensaje desde el Palacio de la Moneda, donde celebró una reunión de urgencia con su Gabinete después de lo que llamó “una nueva y triste jornada de destrucción que causó angustia y temor a los chilenos”. “La violencia está causando un daño que puede ser irreparable al cuerpo y alma de nuestra sociedad”, declaró el Presidente, que sin asumir responsabilidad alguna en la represión social afirmó que esa violencia “causó dolorosas pérdidas de vidas humanas y muchas personas lesionadas” y “está destruyendo sueños y proyectos de vida para muchas personas”.
El mandatario redobló la apuesta represiva para responder a la crisis al asegurar que las fuerzas de seguridad se vieron “sobrepasadas”, por lo que pidió “hoy más que nunca” a la sociedad y a la clase política un “total apoyo” a la policía y a Carabineros. También reclamó al Parlamento la aprobación de los proyectos de ley que envió para implementar su plan de choque para controlar la situación: los proyectos de ley antisaqueo, antibarricadas y antiencapuchados, así como el de las Fuerzas Armadas, que le permitirá desplegar a los militares sin necesidad de declarar el “estado de excepción”. “Chile y los chilenos necesitamos mejores herramientas para combatir esta violencia criminal que hemos conocido las últimas semanas”, insistió al finalizar.
A diferencia de otras jornadas candentes, el paro general convocado contra la gestión de Piñera derivó el martes en una espiral de violencia en distintas regiones del interior: La Serena, Antofagasta, Iquique, Valparaíso y Concepción, entre otras ciudades, dejaron por la noche imágenes de devastación por los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, saqueos e incendios a locales comerciales o edificios públicos, algunos con la intervención de grupos violentos que los manifestantes denuncian como infiltrados. En La Serena, grupos de encapuchados saquearon e incendiaron un hotel y una oficina pública, mientras que en Iquique (norte) robaron un supermercado y también fue quemado el periódico El Líder de San Antonio. Si bien en la capital la multitudinaria manifestación fue en general pacífica, nuevamente hubo una fuerte represión de las fuerzas de seguridad que derivó en enfrentamientos en Plaza Italia.
Aun así, el desprestigio de Piñera por las denuncias de violaciones a los derechos humanos en el control de las protestas se extiende por el mundo, al punto que Francia rehusó ayer a brindar asesoramiento a Carabineros sobre métodos para controlas las protestas sociales, como el martes había anunciado el Ejecutivo.
Querella colectiva contra el Presidente
La flamante Coordinadora de Víctimas de Traumas Oculares, creada recientemente ante la ola de heridos en el rostro por disparos de los Carabineros, convocó a una manifestación para hoy al mediodía en las afueras del Palacio de La Moneda, sede del Ejecutivo, para anunciar una querella colectiva contra el presidente Sebastián Piñera. El martes, la sociedad se vio conmocionada porque se confirmó que el estudiante Gustavo Gatica (21 años) perdió la vista completamente por un ataque de Carabineros en una protesta.
“Hay pruebas a partir de los traumas oculares por balines y perdigones que indican que no se han respetado los protocolos por parte de Carabineros, ya que ni siquiera han cumplido la distancia mínima para percutar, además de que disparan al rostro”, explicó Marta Valdés, quien aseguró que Carabineros mantiene esta práctica. Ayer a la noche se confirmó porque Fabiola Campillai perdió ambos ojos tras un disparo de una bomba lacrimógena en el rostro en la noche del martes en San Bernardo.