WASHINGTON. – El esperado Supermartes” de las primarias demócratas terminó favoreciendo finalmente a Joe Biden, el ex vicepresidente de Barak Obama, que resurgió con fuerza en la interna al vencer en nueve de los 14 estados en juego al socialista Bernie Sanders, que pasó a un segundo lugar en la suma de delegados para la convención general de julio que definirá al candidato del partido para enfrentar al actual presidente Donald Trump en los comicios de noviembre.
La renuncia a última hora de varios candidatos moderados como Pete Buttigieg y Amy Klobuchar terminó favoreciendo a Biden al punto que logró ganar en estados muy importantes como Texas (donde Sanders figuraba como favorito), Virginia o Massachusetts. La ola de triunfos del postulante que hasta la semana pasada parecía condenado al olvido se extendió a Carolina del Norte, Oklahoma, Alabama, Arkansas, Tennessee y Minnesota.
Si bien Sanders conquistó el estado más poblado e influyente en todas las primarias, California (que reparte 415 delegados sobre los 1.357 en juego el martes), así como también triunfó o se esperaba que triunfara en Vermont, Utah, Colorado y Maine (que estaba muy peleado con Biden); lo cierto es que ahora deberá enfrentar a un Biden muy fortalecido, que además de ser el preferido del establishment partidario y quedar al frente de las primarias (acumulaba 453 delegados contra 382 de Sanders), ayer recibió el apoyo del multimillonario ex alcalde de Nueva York Michael Bloomberg, que abandonó la carrera por la nominación presidencial demócrata ante su resonante triunfo.
¡Estamos muy vivos! No se equivoquen. Hace unos días nos daban por muertos… Estamos creando una campaña que puede unir al partido y vencer a Trump”, celebró Biden apenas se comenzaron a conocer los resultados del Supermartes”, donde aprovechó para lanzar algunos dardos para su rival, al desdeñar a quienes prometen una revolución” pero no movilizan al electorado, y rematar: Queremos un candidato demócrata, demócrata orgulloso”.
No se puede derrotar a Trump con la misma vieja política de siempre”, replicó Sanders, quien enumeró sus diferencias con Biden en temas como seguridad social, comercio y Fuerzas Armadas. Esto se convertirá en un choque de ideas”, vaticinó.
Efectivamente, en una interna que comenzó con 27 candidatos el panorama quedó ahora definido por dos opciones enfrentadas: el centrista Biden (77 años) o el socialista” Sanders (78), dos viejos lobos de la política demócrata que dividen al partido como pocas veces en su historia entre la opción de volcarse a la izquierda o la de seguir dentro del establishment. Ocurre que aunque su socialismo tenga poco que ver con la izquierda radical y apunte a los modelos europeos como Dinamarca, la figura de Sanders preocupa a los sectores del poder demócrata, que ahora acogerán a Biden como un salvador. El otro dato que dejó el martes es que, pase lo que pase, la Casa Blanca seguirá dirigida por un hombre blanco septuagenario.