BRASILIA.- La situación que vive Brasil por la pandemia del coronavirus comienza a descontrolarse. Con el presidente Jair Bolsonaro enfrascado en una insólita pelea con los gobernadores estaduales y el resto de los poderes del Estado por su negativa a decretar medidas de aislamiento masivo de las personas, la curva de contagios crece a paso acelerado: las muertes ascendieron ayer a 77 (20 más que el día anterior) y los enfermos suman 2.915, con casi 500 nuevos contagios en un día.
Pero estos números son apenas aproximaciones a una realidad que se supone mucho mayor: un estudio realizado por la London School of Hygiene and Tropical Medicine indicó que Brasil viene detectando apenas el 11% de los nuevos casos reales de la epidemia, es decir que 9 de cada 10 enfermos no se conocen oficialmente. Según esas proyecciones, la cantidad de contagios real rondaba el miércoles las 22.118 personas en Brasil. El dato resulta lógico ante la inacción del Gobierno de Bolsonaro, quien ayer volvió a relativizar la gravedad de la pandemia e incluso insultó a periodistas que lo quisieron consultar sobre la situación.
Un estudio estadístico publicado por el diario El País reveló además que la tasa de crecimiento de la pandemia en Brasil es la mayor de América Latina, superior incluso a países de Europa, donde la cantidad de enfermos se duplicó cada tres días. De hecho, los números oficiales del vecino país duplican o hasta cuadruplican la cantidad de contagios del resto de los países de la región, incluso aquellos más afectados por la pandemia como Chile, que recién el miércoles dictó la cuarentena total y ayer reportó su cuarta muerte por la epidemia, con 1.306 contagios totales.
En ese contexto, Bolsonaro sigue desafiando las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para contener el virus, y mediante un decreto ayer incluyó a las actividades religiosas «de cualquier naturaleza» en la lista de servicios esenciales” que deben seguir funcionando obligatoriamente, aún bajo el estado de cuarentena que decretaron varios gobernadores en abierto desafío al jefe de Estado. Al ser consultado por los periodistas por la situación, el mandatario los insultó: «¿Qué mierda están haciendo acá? No es que dicen que hay coronavirus, por qué no se quedan en su casa haciendo la cuarentena», les gritó a la salida del palacio presidencial en un video que difundió su propio hijo Eduardo en Twitter.
Nadie, sin embargo, le cree: los mercados y las instituciones privadas ya pronostican que la economía brasileña puede contraerse un 4,4% en 2020 a causa de la crisis sanitaria que Bolsonaro niega, entrando en una recesión que tendría efectos negativos significativos” hasta 2023 (según una estimación de la Fundación Getúlio Vargas).