WASHINGTON.- Detrás del incendio por momentos literal que sacude a Estados Unidos luego de seis días y noches de furia ciudadana late no sólo el rechazo a un racismo tan antiguo como la propia historia de ese país, sino también el malestar con un modelo político y social cuyas carencias fueron potenciadas notablemente por las crisis derivadas de la pandemia del coronavirus.
Las comunidades minoritarias ya han absorbido golpes desproporcionadamente fuertes de las crisis gemelas de la pandemia que se ha cobrado 103.000 vidas estadounidenses y ha costado más de 40.000.000 de sus empleos. Esas conmociones subrayaron una tendencia de décadas: la participación de los hogares negros en la riqueza nacional y su ingreso medio se han estancado. Lo mismo ocurre con otras medidas de bienestar afroamericano, con tasas de desempleo y falta de cobertura de salud, por ejemplo, persistentemente por encima del promedio nacional”, escribió ayer el columnista Tory Newmyer en The Washington Post.
Los analistas destacan que Minneapolis, donde se produjo la muerte de Floyd, tiene una de las divisiones sociales más dramáticas del país entre sus distintas clases sociales, marcadas en términos raciales. La familia negra típica en Minneapolis gana menos de la mitad que la familia blanca típica”, sostuvo por ejemplo Christopher Ingraham, quien informó que la familia negra media en la ciudad ganó 36.000 dólares en 2018, 47.000 menos que su par blanca, una de las mayores diferencias en el país. Ingraham agrega que la desigualdad de ingresos se extiende sobre una brecha de riqueza, ya que las propiedades de vivienda entre las personas negras es un tercio de la tasa de las familias blancas”.
Claro que la estratificación racial de Minneapolis es extrema pero no única en Estados Unidos: una investigación de la Reserva Federal publicada en marzo reveló que los hogares blancos han acumulado riqueza de manera constante durante las últimas tres décadas, mientras que las familias negras e hispanas solo tuvieron ganancias exiguas. Por ejemplo, aunque representan el 13% de la población nacional, las familias negras poseen aproximadamente el 4% de la riqueza familiar del país. Julia Coronado, ex economista de la Fed, precisó al respecto que el patrimonio neto promedio de los hogares negros es una décima parte del de los hogares blancos, un abismo que además no es más grande por la pequeña fracción de los hogares negros que poseen sus propias viviendas y capital directo.
La tasa de mortalidad por Covid-19 entre los afroamericanos fue más del doble que la de blancos, asiáticos y latinos.
Como consecuencia de esta disparidad, los hogares de las personas afroamericanas son mucho más vulnerables a las crisis que vive el país. Los hogares negros experimentan mayores conmociones de su bienestar: el desempleo es mayor y aumenta más en las recesiones, las tasas de cobertura de seguro de salud son más bajas y las tasas de encarcelamiento son más altas”, explica Coronado, quien señala que esa estratificación económica es una característica de nuestro sistema, no un error, y el acceso a la educación no es la panacea que muchos economistas quieren que sea”. Al contrario, la Unión Americana de Libertades Civiles alerta que uno de cada tres niños negros irá a prisión en su vida, contra uno de cada seis latinos y uno de cada 17 blancos.
Esta realidad se reflejó directamente en las consecuencias de la crisis sanitaria del coronavirus, tanto económicas como de salud, ya que por ejemplo Newmyer señala que el número de propietarios de negocios negros que trabajan cayó un 40% desde que comenzaron los cierres”; mientras que la pérdida de empleos ha sido la más dura para las poblaciones minoritarias: el 18,9% de los trabajadores hispanos y el 16,7% de los negros se quedaron sin trabajo en abril, en comparación con el 14,2% de los blancos”.
A la vez, la población negra fue la más sacudida por la enfermedad: Más de la mitad de las muertes registradas en el país provienen de condados predominantemente negros, aunque representan menos de una cuarta parte de todos los condados”, explicó Newmyer. Un informe de APM Research Lab confirma que la tasa de mortalidad por Covid-19 entre los afroamericanos fue más del doble que la de blancos, asiáticos y latinos. Una bomba de tiempo que no tardaría en explotar.