WASHINGTON.- Los alrededores de la Casa Blanca fueron el domingo un escenario de guerra. Ya el viernes por la noche, cientos de manifestantes se reunieron para protestar allí por el asesinato de George Floyd y protagonizaron incidentes menores. Pero la situación se descontroló el domingo, cuando miles de manifestantes fueron directamente a enfrentar el fuerte dispositivo de seguridad que el Gobierno había dispuesto para proteger a Donald Trump de cualquier amenaza.
Ayer se conoció que el Servicio Secreto llevó al presidente de Estados Unidos a un búnker subterráneo de la Casa Blanca para resguardarlo junto a la primera dama, Melania, y el hijo de ambos de 14 años, Barron. El búnker está diseñado para situaciones de emergencias límites como bombardeos o ataques terroristas, según reveló una fuente de la residencia presidencial, dato que refleja el nivel de tensión vivido en el lugar.