WASHINGTON.- Lanzado ya en plena campaña electoral rumbo a las elecciones de noviembre, acosado por la pandemia del coronavirus y el escándalo que asoma con la publicación de las memorias de su ex asesor en seguridad nacional John Bolton, el presidente Donald Trump volvió a patear el tablero de su política internacional al admitir que existe la posibilidad de reunirse con el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y desestimar el liderazgo del principal dirigente opositor del país caribeño, Juan Guaidó.
Si bien Trump salió pronto a aclarar que no planea una apertura diplomática hacia Venezuela, su afirmación constituye un giro radical en la política estadounidense hacia ese país un año y medio después de haber reconocido a Guaidó como legitimo presidente” venezolano. La declaración de Trump se plasmó en una entrevista con el diario digital Axios, que precisamente lo consultó sobre afirmaciones que Bolton -uno de los principales responsables de su política hacia Venezuela- hizo en un libro de memorias que ayer se publicó en Estados Unidos.
Cuando se le preguntó si lamentaba su decisión de apoyar a Guaidó, Trump respondió que no particularmente” y agregó: Podría vivir con él o sin él (por Guaidó), pero estaba muy firmemente contra lo que está pasando en Venezuela”. Guaidó fue elegido. Creo que no estaba necesariamente a favor, pero dije: ‘A algunas personas les gustó, a otras no’. Estuve de acuerdo con eso. No creo que haya sido muy significativo de una forma u otra”, agregó Trump, relativizando así su respaldo al líder venezolano, catapultado por su Administración como presidente interino”. En su libro The Room Where it Happened” (La habitación donde sucedió), Bolton afirma que Trump pensaba que Guaidó era débil, a diferencia de Maduro, que era fuerte”.
Para complicarla más aún, Trump aseguró en la entrevista que tal vez pensaría en una reunión con Maduro. A Maduro le gustaría reunirse y nunca me opongo a las reuniones. Siempre digo que pierdes muy poco con las reuniones. Pero por ahora, las rechacé”. La entrevista desató un verdadero revuelo nacional, puesto que se interpretó como un giro radical en su política hacia Venezuela, centrada hasta el momento en impulsar un cambio de Maduro por Guaidó.
Ante eso, Trump salió ayer a aclarar su postura en Twitter, aunque sin respaldar explícitamente a Guaidó: A diferencia de la izquierda radical, siempre estaré en contra del socialismo y con el pueblo de Venezuela”, escribió y agregó que su Gobierno siempre ha estado del lado de la libertad y en contra del opresivo régimen de Maduro”; por lo que solo se reuniría con él para discutir una cosa: ¡una salida pacífica del poder!”.
Todo ocurre en medio de un desastroso inicio de su campaña electoral, tras un mitin de lanzamiento realizado en Tulsa el sábado donde el Departamento de Bomberos informó que apenas unas 6.200 personas asistieron al recinto del BOK Center, menos de un tercio de la capacidad, contra las 100.000 proyectadas por el oficialismo para todo el acto. El equipo de campaña de Trump culpó ayer a los manifestantes opositores por crear una atmósfera hostil” y bloquear el paso de sus seguidores, mientras que el propio mandatario retomó su campaña con un discurso fuertemente confrontativo en el que denunció un extremismo demócrata”, pidió hacer menos tests de coronavirus y propuso la pena de prisión para aquellos que quemen la bandera nacional, como ocurrió en las protestas antirracistas.