BRASILIA.- La crisis política se sigue extendiendo en Brasil a la par de la tragedia humanitaria del coronavirus, que ya se cobró la vida de casi 89.000 personas. Ayer resurgió con toda potencia un escándalo que se había mantenido larvado por la crisis sanitaria del país: el espionaje ilegal practicado en la causa Lava Jato.
Ocurre que el procurador general de Brasil, Augusto Aras, denunció a los fiscales de la célebre operación y a sus subordinados por haber montado una red ilegal para espiar a 38.000 personas con el argumento de la lucha contra la corrupción, y los acusó de negarse a rendir cuentas de sus actos, tras el protagonismo que ganaron desde 2014 con el entonces juez Sérgio Moro.
La denuncia provocó un terremoto institucional en Brasil porque el jefe del los fiscales confirmó las ilegalidades cometidas en los procedimientos por el equipo de investigadores que puso de rodillas a empresas de construcción multinacionales brasileñas como Odebrecht y cimentó la caída del poder del Partido de los Trabajadores (PT) y el encarcelamiento del ex presidente Lula da Silva.
No se puede imaginar que una unidad institucional tenga una caja de secretos, una institución de la República no se puede servir de la extorsión, de espiar. No puede valerse de ningún propósito no republicano”, dijo el fiscal en una conferencia. Aras repudió el accionar de los fiscales que, desde Curitiba y al mando del Deltan Dallagnol, llevaron adelante desde marzo de 2014 la Operación Lava Jato, porque además del espionaje ilegal, entregaron documentación secreta de forma irregular a la policía federal estadounidense, al FBI y al Departamento de Justicia de Estados Unidos.
El fiscal consideró que Dallagnol y Moro guiaron irregularmente las investigaciones contra ciertos políticos, como por ejemplo Lula, y protegieron a otros, como el ex presidente Fernando Henrique Cardoso, en la operación Lava Jato, un delito conocido como lawfare”. El primero en salir a responder fue Moro, quien defendió la transparencia” del Lava Jato y destacó que las sentencias fueron en su mayoría confirmadas por el Tribunal Regional 4 de Porto Alegre. Pero lo cierto es que la denuncia complica seriamente su carrera como virtual candidato a la Presidencia para 2022.
Al mismo tiempo, la Corte Penal Internacional de La Haya recibió ayer una denuncia por genocidio” contra el presidente Jair Bolsonaro presentada por la Red Sindical Brasileña UNI-Saúde, integrada por más de 60 sindicatos de la salud de Brasil. Analizaremos los materiales presentados, según corresponda, de conformidad con el Estatuto de Roma y con total independencia e imparcialidad”, informó una fuente del tribunal. El documento acusa a Bolsonaro de llevar a cabo una estrategia genocida” en su gestión de la pandemia del coronavirus porque su comportamiento irresponsable, que afronta las orientaciones de las autoridades internacionales de Salud, con la exposición de millones de personas (al virus), configura un crimen contra la humanidad”.
Furibunda carta de los obispos contra Bolsonaro
BRASILIA.- Brasil atraviesa una tormenta perfecta: una crisis en la salud sin precedentes, colapso económico y una tensión que se cierne sobre los fundamentos de la República, provocada en gran medida por el presidente” Jair Bolsonaro, afirman 152 obispos, arzobispos y obispos eméritos del país en una Carta al Pueblo de Dios” que espera a ser publicada, donde emiten un durísimo diagnóstico del mandatario ultraderechista, de quien destacan su incapacidad e inhabilidad” para superar cualquier tipo de crisis.
Todos, personas e instituciones, seremos juzgados por las acciones u omisiones en este momento tan grave y desafiante. Vemos, sistemáticamente, discursos anticientíficos, que intentan naturalizar o normalizar el flagelo de las miles de muertes del Covid-19, tratándolas como fruto de una casualidad o del castigo divino”, sostienen en otro tramo y extienden sus críticas más allá de la gestión de la pandemia. El desprecio por la educación, la cultura, la salud y por la diplomacia también nos deja atónitos”, afirma el texto, que publicó anticipadamente la prensa española.