WASHINGTON.- Su mujer, Melania Trump -que usualmente tiene un bajísimo perfil- fue la estrella de la noche del martes en la convención con un tono mucho más suave y compasivo que todos los discursos crispados, algunos a los gritos, escuchados hasta el momento. Fue claramente una estrategia para apelar al voto femenino, un sector clave donde Trump sufre una sangría voraz, y también a los moderados. El mandatario marcha 7,6% por detrás de su rival Joe Biden para las elecciones del 3 de noviembre, según un promedio de encuestas, y busca darle un impulso vital a su campaña de la mano de su familia. Melania Knauss, ex modelo nacida hace 50 años en Eslovenia, ofreció desde el jardín de las rosas de la Casa Blanca el segundo discurso más difícil de su vida, tras el que pronunció en la convención de 2016.
Sin embargo, esta vez Melania se plantó de manera diferente porque, a diferencia de todos los oradores, ofreció por primera vez condolencias a los familiares de las víctimas del Covid-19 y agradeció a los trabajadores de la salud por su labor, en una muestra de empatía inédita en la Convención. También fue la única que llamó claramente a la unidad de los estadounidenses, a pesar de las diferencias: Somos una nación, ante Dios”, señaló. Además, habló sobre la epidemia de drogas, sobre todo los opioides, un drama que sacude el país, y también de los sectores más vulnerables. No tuvo ataques hacia los demócratas y también buscó humanizar a su marido: Donald Trump ama a este país. No es un político tradicional. Necesita acción, no palabras”, aseveró.
Incluso, se animó a abordar las protestas antirracistas del movimiento Black Lives Matter que por estos días vuelven a sacudir al país: compartió su propia historia como migrante y el orgullo que sentía por haber cumplido su propio sueño americano”. Como todos ustedes, he reflexionado sobre el malestar racial en nuestro país. Es una dura realidad que no estamos orgullosos de parte de nuestra historia”, dijo Melania, quien pidió que en vez de tirar abajo las cosas, reflexionemos sobre nuestros errores”. Mientras el resto de los participantes (de la convención) presentaron un lenguaje que enfatizó el enojo y el miedo, ella mostró empatía y compasión por un país que está sufriendo dos grandes crisis, el Covid-19 y la consideración acerca de los pecados raciales de la Nación”, aseveró Katherine Jellison, analista y profesora de historia de la Universidad de Ohio; mientras que su par David Axelrod consideró que el discurso de Melania es completamente opuesto al abordaje de su marido”.