Luego de que el Congreso de Guatemala, en su mayoría conformado por el oficialismo y sectores afines, aprobara el martes pasado un presupuesto récord de casi US$ 12.800 millones para el año 2021, sectores disconformes llamaron a movilizaciones contra el gobierno por no destinar suficientes recursos para combatir la pobreza y la desigualdad en uno de los países más pobres y con mayor desnutrición infantil de la región.
Durante el sábado, las protestas masivas y pacíficas se extendieron por toda la capital, pidiendo la dimisión del presidente conservador Alejandro Giammattei, quien asumió en enero. No obstante, otro grupo de guatemaltecos se dirigieron a la sede del Parlamento e incendiaron varias oficinas tras romper ventanas. El presidente del Parlamento, el oficialista Allan Rodríguez, comunicó que el Congreso suspendió el polémico presupuesto 2021 con la finalidad de mantener la gobernabilidad del país y la paz social”.
Ahora, los diputados tienen hasta el 30 de noviembre para aprobar un nuevo presupuesto, de lo contrario seguirá vigente el que regía este año, por unos US$ 10.390 millones. Tanto Rodríguez como Giammattei afirmaron que estas protestas fueron actos terroristas realizadas por un sector minoritario que busca forzar un golpe de Estado.
Por su parte, el vicepresidente del país, Guillermo Castillo, le ofreció al presidente, con quien tuvo altercados por el manejo de la crisis sanitaria por el Covid-19, dimitir juntos por el bien del país”. También solicitó que se investigue la represión policial, al igual que lo recomendado por la ONU.