Las sagas política y la judicial convergen por estas horas en Israel con la reanudación del juicio por corrupción contra el primer ministro Benjamin Netanyahu, en simultáneo con las consultas poselectorales para que el presidente designe a un candidato a formar Gobierno tras las elecciones del pasado 23 de marzo.
Los magistrados convocaron a Netanyahu, de 71 años -15 de ellos en el poder-, al tribunal de distrito de Jerusalén para las declaraciones preliminares de la Fiscalía, una nueva etapa en el primer juicio de un jefe de Gobierno israelí en funciones de la historia del país. Se lo acusa de corrupción, fraude y abuso de confianza en tres casos, cargos que él niega.
En la apertura del juicio, el fiscal Liat Ben Ari dijo de hecho ayer que Netanyahu hizo un mal uso de el gran poder gubernamental que se le confió, entre otras cosas para exigir y obtener beneficios indebidos de los propietarios de los principales medios de comunicación en Israel con el fin de promover sus asuntos personales, incluso cuando aspiró a ser reelecto”.
Entre otros casos, el fiscal expuso el presunto tráfico de favores entre Netanyahu y el grupo Bezeq, que reportaron un beneficio fiscal multimillonario a la corporación de telecomunicaciones.
Al mismo tiempo, el presidente Reuven Rivlin comenzó a recibir a los distintos partidos en el inicio de las consultas para la formación de Gobierno, que serán complejas ante el resultado abierto de los comicios que ganó el Likud -partido de Netanyahu- por escaso margen. En la noche del lunes, Netanyahu había recibido 52 apoyos de los diputados –a la espera del respaldo no confirmando de otros siete escaños conservadores–, mientras la oposición solo sumaba 45.