En medio de una verdadera convulsión política causada por el rebrote de la pandemia y la resistencia ciudadana a adoptar nuevas medidas de confinamiento social, los diputados alemanes aprobaron ayer una ley que refuerza el poder de la canciller Angela Merkel para imponer restricciones a los estados federados del país, incluidos toques de queda y cierres de escuelas.
La Cámara Baja (Bundestag) respaldó el plan oficial con los votos de la coalición entre conservadores y socialdemócratas. El proyecto se someterá hoy a la ratificación de la cámara de representación territorial (Bundesrat) o Senado, donde su sanción se da por descontada, con la perspectiva de que el sábado entre en vigor. Afuera del Parlamento, miles de manifestantes -entre seguidores de teorías conspirativas, negacionistas y ultraderechistas, así como otros ciudadanos descontentos con las restricciones- protestaban contra el proyecto, protagonizando incluso incidentes con la policía.
La ley establece la imposición inmediata de un toque de queda entre las 22 y las 5 de la mañana más el cierre de centros de recreación y comercios y la suspensión de eventos deportivos en todas las regiones que superen los 100 nuevos casos por cada 100.000 habitantes por semana. Las escuelas deberán cerrar y pasar a la educación remota en aquellos estados donde ese mismo índice de contagios sea superior a 165. El dato es significativo porque, a nivel nacional, el índice se encuentra en 160, aunque con grandes variaciones entre los 16 estados del país.
La norma le otorga además nuevos poderes a la canciller, como la capacidad de decretar restricciones severas hasta el 30 de junio si los contagios superan los índices establecidos, por sobre la voluntad de los estados. El Gobierno de Merkel espera que la norma ponga fin a las tensiones con las regiones, cuyos dirigentes suavizaban o incluso en ocasiones llegaron a ignorar las medidas decretadas por la canciller.
Por más duro que sea, por más cansados que estemos por esto, reducir los contactos ayuda” a evitar contagios, argumentó el diputado y ministro de Salud, Jens Spahn, antes de la votación. Otra vez tenemos 5.000 pacientes con Covid-19 en unidades de terapia intensiva y el número está creciendo, mientras disminuye la edad de los pacientes”, amplió Spahn, quien insistió en que queremos evitar una sobrecarga de nuestro sistema de salud, una sobrecarga que muchos de nuestros vecinos ya han experimentado con dolor”.
Lo cierto es que en las afueras del Parlamento, los manifestantes se enfrentaron con la policía, que recurrió a gases lacrimógenos para disolver la protesta, que había congregado al menos a 8.000 personas contra las medidas que impulsa Merkel, en un país fatigado por 12 meses de restricciones y de tironeos entre las regiones y el Gobierno federal.